la pobla

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Narra Kazutora

Me obligan a bajar de la moto y entro al terreno del Tilin, toi cagao de miedo pero no lo pienso demostrar.

Ahí ta sentao el narco de la pobla tomando té mientras se come un pan, me ve de pies a cabeza y se rie. Hace una seña para que me ponga frente a el.

— Wena po cabrochico, ¿cómo estai?.

— Bien... ¿pa qué me quiere?

— ¿Te acordai que vo me pediste un favor cuando a tu mamita se la llevaron pal loquero? —asiento— yapo, tu casa ta tikitaka, todos los culiaos advertios que no la pueden tocar y tengo que cobrarte po.

— Gracias por cuidar mi casa —respondo y asiente— ¿qué necesita que haga?

— Me ta fallando el negocio y necesito otro que me reparta noma, simplecito —explica— y pensé en vo po.

— ¿Por cuánto tiempo?

— Un mes noma, vendeme lo que ma podai y después de eso te dejo suelto —se inclina hacía adelante— ¿te parece?

Igual no tengo opción, es eso o me paquean así que tocó decir que sí noma.

El favor que le pedí fui que cuidara la casa, más por mí mamá que por mi ya que mi mamá adoraba la casa, siempre andaba arreglandola o haciéndole cosas y le gustaba que se viera bonita, además que se sacó la chucha pa tenerla y lo mínimo que puedo hacer es tenersela bien pa cuando salga.

— Ya sí, cuente conmigo —sonríe— ¿me va a pasar ahora o después?

— ¿Teni espacio pa llevarte? —asiento— ta todo armado, lo único que teni que hacer es vender a 5 el g, no hagai rebajas a nadie.

— Entendido —me pasan un paquete con bolsitas con mariguana dentro— ¿esto es pal mes?

— Nopo caeza e pollo, pa una semana, la otra veni a buscar más —se pone de pie— ahora andate y ponele weno noma.

Agarro mi mochila y parto pa afuera, dos weones me escoltan y abren la puerta, el blondonboy (el tipo que me trajo hasta acá) está esperando pa llevarme.

Esta serio, solo hace una seña pa que me suba a su moto.

Partimos y rato después llegamos a donde mismo me vino a buscar, bajo y el mayor se saca el casco.

— Cuidate cabrochico, por tu bien y el de tu mina cuidate.

— ¿Cómo que por el bien de mi mina? —levanto una ceja— ¿qué sabi tu?

— El Tilin no es na weon y antes de llamarte busco tu punto débil en caso de alguna wea, osea tu polola la pituca —quedo pal pico con lo que dice— vo cumple con lo que se te pidió noma.

Hace una seña de despedida y parte en la misma dirección, dejándome ahí solo.

Pa mi cuea me suena el celular y al ver, es la Akemi, quizás que quiere ahora.

— Alo.

— Holi, ¿queri venir a mi casa?

— Eeh... ¿ahora?

— No sé po, si queri o podi llegar en un ratito.

— Me baño y voy.

Le corto y voy pal paradero más cercano, aquí tomo la micro pa llegar altiro a la casa de los Sano.

Narra Akemi

Mientras termino de comer yogurt con cereal, siento el timbre de la casa y me paro a abrir, supongo que es el Kazutora.

prestame un lápiz [TR chilensis] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora