positivo

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Narra Akemi

El resto del campamento pasó normal. Con el Kazutora no hablamos mucho los siguientes días, más por decisión mía que nada ya que lo que hicimos no debió pasar, como habíamos acordado el año pasado.

Aquí estoy, dos semanas después despertando otra vez para ir al fakin liceo. El pelo blanco junto a mi maldice el sonido de mi alarma mientras me aprieta la cintura.

— ¿Por qué no faltai? —dice con voz ronca— pasemos el día juntos.

— Waka tengo clases —me levanto de la cama— tengo que ir, este año debe tener buen promedio y buena asistencia.

— Buuu —se queja— te iré a dejar, así voy a wear al shinichiro.

— Te matará por ir tan temprano —busco mi uniforme.

— ¿Hago desayuno?

— No tengo hambre, supongo que comeré algo en liceo.

Me meto a mi baño y en quince minutos estoy lista. Salgo y el Wakasa ya está listo para irnos.

Subimos a la moto, comienza a andar y creo que va demasiado rápido, me llega a marear cuando dobla en las esquinas.

Estaciona frente al liceo, me bajo y el Waka me besa en forma de despedida y entro al liceo. Paso por el lado de la abeja Maya y me mira feo, pero pico no me importa.

Llego a la sala y me siento en mi puesto. Siento un olor raro que me da asco, mucho asco tan así que ganas de vomitar.

— ¿Quién ta comiendo huevo duro a esta hora? —me quejo y el Baji se da vuelta con uno en la mano— weon que asco.

— Ya perdón, pero tengo hambre —levanta una ceja— ¿por qué tai palida?

— ¿toi palida? —asiente— debe ser porque no desayune.

— Tengo un pan con queso, ¿lo queri?

— Yaaa, pa no morir —lo saca de su mochila y me lo pasa— gracias.

Suena el tiembre y el resto de mis compañeros llega a sala. Mientras la profe explica los ejercicios de química me voy comiendo el pan con queso.

Creo ver borroso, me restriego los ojos y sigo sin poder enfocar, ¿qué chucha me dio weon?

De la nada me viene un impulso de. vomitar demasiado fuerte pero lo aguanto, no quiero pasar vergüenza vomitando frente a todos.

Pasa otra vez y por mi propia dignidad salgo corriendo al baño, lo siento profe pero es eso o le dejo la sala pasa a desecho de wata.

No sé como pero logró bajar las escaleras sin caerme y entrar a un compartimiento, ni siquiera puedo cerrar la puerta porque el vómito sale sin esperar. La garganta y los ojos me arden por la fuerza y el mareo es mucho peor.

Siento que alguien me agarra el pelo pero debo ignorar quien es porque vuelvo a vomitar lo poco y nada que comi entre ayer y hoy, más que nada es agua y líquido estomacal que da mucho más asco.

No me queda comida en el estómago, solo me dan fuertes arcadas que lucho por parar.

Ya cansada me siento en el piso rendida y me limpio la comisura de los labios.

— ¿Desde cuándo tai así? —pregunta el Kazutora.

— Hoy nomas, ¿por?

— ¿De casualidad te llegó la regla?

— No, ¿qué tiene que ver? —lo miro extrañada hasta que me doy cuenta— conchesumadre...

No creo po, si me tomé la pastilla y no creo tener tanta mala suerte como pa que no haya funcionado.

prestame un lápiz [TR chilensis] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora