ascensor

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Narra Akemi

Después de como mil horas por fin llegamos a Bariloche, ahora estamos acomodandonos en las piezas del hotel y en media hora debemos ir a almorzar.

— Akemiiiii —entra el Baji a mi pieza— hazte la linda y arreglame las cejas porfa, quiero verme rico.

— Oye yo venia a lo mismo —entra el Mikey.

— ¿Flaca teni pinzas? —entra el Draken.

— Ah se pusieron de acuerdo los weones —rio— tu siéntate —le digo al Baji— Mikey espera y Draken sacalas de mi cosmetiquero.

Al rato mi pieza parece salón con todos estos weones arreglandose algo.

— ¿Me veo mejor de blanco o de negro? —pregunta el Smiley.

— Sin na waxito rico —respondo y todos me miran— ay ya si es webeo no se pasen rollos.

Se ríen mientras terminan de hacer sus cosas y yo busco un oufit lindo pa conquistar a los bellos argentinos del hotel. Algunos ya empiezan a salir para almorzar, termino de arreglarme el maquillaje que quedó medio raro en el bus.

Quedo sola en la pieza, ya todos bajaron, ningún weon tuvo la mínima decencia de esperarme.

Hombres tenían que ser, nah mentira sí igual los quiero.

Agarro mi banano, hecho mis cosas y camino al elevador. Me tocó en piso siete y que paja bajar por escalera. Alguien lo hace parar en el piso cinco, el ambiente se vuelve incómodo al ver que es el Kazu.

Igual se ve lindo, se cortó el pelito pa venir y le quedó muy bien.

Me da un saludo levantando las cejas y yo medio sonrio. Las puertas del ascensor se cierran, baja un piso y empieza a sonar raro.

Poco entiendo cuando el ascensor frena muy fuerte, tanto que casi me caigo, la luz se apaga y ahí me di cuenta que dejó de funcionar.

— Tiene que ser un broma —me cago de susto.

— Tranquila si debe ser momentaneo —apreta el botón de emergencia— ¿te pegaste fuerte?

Que raro se siente verlo preocupado por mi otra vez.

— En el brazo noma, ¿y tu?.

— Nah no me pegué —vuelve a apretar el botón— ¿teni señal? yo no tengo —dice mientras revisa su teléfono.

— Tampoco tengo —veo el mio— puta que rabiaaaa.

Se prende una pequeña luz de emergencia que con suerte alumbra, me estoy asustando mucho, siempre tuve miedo que pasara algo así por la cresta.

Apreto el botón varias veces, nadie responde y me empiezo a desesperar, siento que cada vez el espacio es más chico.

— ¿Y si saltamos? —digo— quizás baje un poco y se den cuenta.

— Tai loca oh puede ser peor —se sienta en el piso.

— Está haciendo calor —me tiro aire con la mano— no creo que se esté quemando.

— Akemi no hace calor —se pasa las manos por la cara— te estai desesperando por eso te sentis así, respira.

— Eso trato —siento correr sudor por mi cuello— estoi sopeada.

Pasan como dos minutos, nadie contesta con el botón de emergencia y siento todo más pesado. Reviso uno y otra vez mi celular buscando señal pero no hay nada.

El Ascensor hace otra vez ese sonido raro y se mueve muy poquito, como si se deslizara.

— Conchetumadre —digo asusta— porfavor que nos saquen de aquí.

prestame un lápiz [TR chilensis] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora