te vi

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Narra Akemi

— ¿Por qué me estai mintiendo? —encaro al Kazutora.

Quizás no deba preguntárselo así, pero me carga que me mientan y últimamente lo ha hecho mucho, después de esa "discusión" en el liceo, con suerte hemos hablado, ni siquiera nos hemos visto en otro lado que no sea el liceo y está distante.

No tengo como comprabar que me está mintiendo, pero sé que lo está haciendo.

Ahora estamos en una de las salas del edificio abandonado.

— No te estoy mintiendo —responde serio— ¿por qué crees que lo hago?

— No sé, andai raro, desapareces de repente, con suerte te veo y no sé casi na de ti.

— Toi sicoseao con weas de mi mamá noma, trabajar en las motos me tiene medio chato y toi cansao, lo siento igual —se cruza de brazos— ¿tai enoja conmigo?

Niego despacio y salgo de la sala, pero me detiene agarradandome del brazo y me da vuelta para quedar mirandolo de frente.

— Akemi, dime —insiste.

— El otro día... te vi recibiendo plata de un tipo y me dijiste que no teniai —frunce el ceño— y alguien me dijo que te vio cerca de casa de ese narco. No sé si estai metido en weas con el pero si es así, me gustaría saberlo.

— No sé quien te fue con el cuento pero no, relajate y confía en mi porfa, estoy y estaré bien —me acerca más para abrazarme.

— Bien.

Lo abrazo de vuelta y me da un beso en la frente. Duele no creerle.

Narra Kazutora

Me siento como la pichula por mentirle tanto a la cuica, pero lo que menos quiero es que se involucre en esto. Me queda solo una semana pa terminar de pagar el favor y toi dao pal éxito, esta wea va a quedar como si nunca hubiera pasado.

Aparte, supuestamente alguien le dijo que anda cerca de la casa del Tilin, si fue el Wakasa reculiao me lo voy a pitiar, primer aviso.

— Wena mi shan —saluda el Mikey mientras entra a la casa, todavía vivo con los sano— oye de casualidad ¿teni pa fumar? quiero pegarme un viaje.

— Toi vendiendo hermano, si te sirve bacan.

— Por algo te toi diciendo po weta, si ya me llegaron con el cahuin —se sienta conmigo en el sillón— toma —me pasa un billete de cinco.

— ¿Quién fue el sapo? —recibo la plata y le paso una bolsita.

— El benja del cuarto A, pero no fue de sapo si no que yo le pregunté porque me dio un poco y la wea taba wenisma.

— Ta bien tonces —cambio el canal de la tele y pongo los simpson— no le digai a nadie ma sipo, menos a tu hermano.

— Nopo si no soy na sapo —se acomoda— ¿la Akemi sabe?

— No —hace una mueca— no la quiero meter en esta wea, si total me queda poco por vender y nunca ma.

— Mal ahí pero no me voy a meter.

— Sé que ta mal pero la prefiero lejos de esto, por su bien y el mio —saco papas fritas de una bolsa— hablo en serio, no le digai.

— Entiendo entiendo.

Me quedé harto rato más viendo a los weones amarillos hasta que me quedé dormido. No sé cuando rato pero desperté por el sonido de mi celular recibiendo una llamada de mi polola.

prestame un lápiz [TR chilensis] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora