Atlanta, mayo de 2005
—¿Papá?
Mi padre, que estaba hablando con nuestro jefe de mecánicos, se disculpó y vino hacia mí. Gino rodó los ojos. Ese viejo italiano me odiaba. Se la pasaba diciendo que mi padre me malcriaba demasiado.
Y quizá tenía razón.
—¡Yo también te quiero, Gino! —exclamé, y le solté un besito.
—¡Imbecille!
—¿Qué pasa? —preguntó papá.
Respiré profundo.
—Me siento algo nervioso —confesé.
—Ry, es normal —dijo, poniendo una mano en mi hombro—. Todo saldrá bien, ya verás.
Asentí. A pesar de ser el campeón de la primera temporada, debía defender mi título frente a pilotos más experimentados que yo. La mayoría venía compitiendo desde hacía muchos años en Japón, y temía no estar a la altura de ellos. Sobre todo, cuando la calidad de competidores había mejorado.
—¿Crees que tengo posibilidades?
—Eres el campeón del año pasado —me recordó con una sonrisa—. Y el mejor.
Rodé los ojos.
—Lo dices porque soy tu hijo, Joseph.
—Lo digo porque los jurados lo dictaminaron así. Y porque veo la dedicación que pones en esto, Ry. Has trabajado muy duro este último año; te mereces el puesto que tienes. Y si no llegases a ganar, no importa, porque eres joven y tienes mucho por delante. Además, para mí siempre serás un campeón.
No sabía cómo, pero las palabras de mi padre siempre lograban hacerme sentir mejor. Él tenía razón, si bien ganar era muy importante para mí, no podía dejar que me consumiera. Tenía que disfrutarlo y dar lo mejor, como siempre había hecho.
—Gracias por el ánimo. —Sonreí.
Me rodeó con sus brazos y me apretujó tanto que casi me desmayo por la falta de aire. Bueno, quizás estoy exagerando.
—De nada, hijo. Además, ese Lancer y tú son el mejor equipo que he visto.
Me puso una mano en el hombro y me sonrió con esa dulzura que lo caracterizaba.
No pude hacer menos que devolverle la sonrisa. Yo era lo que era gracias a él. Había llegado a lo más alto de la Fórmula D en 2004 con su ayuda, su apoyo, y su amor. La fuerza que mi padre me transmitía era lo que me mantenía en pie.
A veces, cuando lo miraba, me sentía orgulloso de parecerme tanto.
—Oye, recuerda que cuando termine esta temporada tenemos que ir a Boston —dijo.
Mi hermano Ben vivía en Boston: se había mudado por una beca hacía unos siete años. Allí había conocido a Elizabeth, su esposa, quien era abogada al igual que él. Elizabeth me resultaba una persona agradable, aunque lo cierto era que no la conocía lo suficiente como para describirla. A diferencia de mí, mis padres solían viajar a Estados Unidos varias veces al año. Ellos la adoraban.
La cuestión era que querían darnos una noticia. Yo intuía que, o se iban a casar pronto, o tendrían otro bebé. Lo que sea que fuera, bien por ellos. Ese tipo de cosas era más del tipo de mi hermano que del mío.
—Si vuelvo a ser el campeón, ¿tenemos que ir? —me quejé, casi como un niño caprichoso.
—No seas así con tu hermano, Ry. Él está enamorado y quiere que lo apoyemos. Iremos a conocer a la familia de Lizzie, ¿de acuerdo? —Sonrió—. Tiene algo importante que decirnos.
Mi tiempo estaba contado. No quería perderlo con gente que no conocía, mientras pudiera estar en la pista, practicando un E-Brake, o un Clutch Kick, o festejando con alguna atractiva señorita mi futura victoria.
—Él y su maldito amor —bromeé, cruzando los brazos sobre el pecho.
Mi padre sacudió la cabeza y rio.
—Eres un niño —protestó—, pero sé que algún día te vas a enamorar y querrás dejar todo por estar con ella. —Se quedó mirándome—. O él.
Nos echamos a reír. Él sabía que no era devoto del amor, a pesar de que muchas veces me había dicho que uno no elige cuándo ni de quién se enamora. Sin embargo, para mí no era una opción
—Está bien, papá. Te prometo que si algún día me enamoro de una mujer —dije, y sonreí porque me parecía absurdo—, tú serás en primero en saberlo.
—Mamá y yo seremos los primeros —aclaró.
—Mamá y tú.
Al final de la primera ronda había clasificado para la siguiente en Streets of Long Beach, e iba a defender mi título.
Hola a todos (después de tanto tiempo, lo sé) Al fin les traigo la novela completa de Para siempre en ti para todos aquellos que quieran leer la versión de Ry. De todo corazón espero que les guste y la disfruten. Gracias por todo el amor que me brindan! Los amo!!!
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Para siempre en ti [COMPLETA] Versión de Ryder
RomanceEl día en que Katia apareció en mi puerta, fue la primera vez que sentí miedo de verdad. Porque supe, al instante en que la vi, que me enamoraría de ella. Y así fue. Estaba loco por Kat. Y quise ser positivo respecto a ello. Quise creer que ella me...