PRÓXIMA VIDA

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En cuanto entramos al hospital y una recepcionista nos dijo adónde podíamos encontrar a Max, corrimos hasta su habitación. Yo estaba tan alterado que ni las palabras de Katia lograban calmarme. Solo me relajé un poco cuando me abrazó. Necesitaba ver a Max. En lo único que pensaba era en tenerlo conmigo y estrecharlo entre mis brazos. ¿Y si le hubiera pasado algo peor? ¿Y sí?, ¿y sí?

—Shhh, no pienses en eso. Max está bien y tenemos que agradecer por ello.

La abracé con fuerza, como si ella tuviera el poder de lograr que todo estuviera bien. Cuando el elevador abrió sus puertas, la tomé de la mano —lo necesitaba—, y la conduje por el pasillo.

Sentí un alivio indescriptible cuando el doctor Maurice nos dijo que estaba fuera de peligro y que solo se encontraba en terapia intermedia por prevención, ya que había sufrido un fuerte golpe.

La vocecita de mi sobrino preguntándome si podíamos ir a Hyde Park retumbó en mi mente. Había dispuesto de tan poco tiempo para él.

—¿Podemos entrar a verlo? —pregunté.

—Por supuesto, pero tengan en cuenta que en este momento está anestesiado.

—Muchas gracias.

Entramos a la habitación casi de inmediato. En cuanto vi a mi sobrino, se me encogió el corazón y quise correr para abrazarlo, pero estaba dormido —tal como había dicho el doctor Maurice—, así que me senté a su lado y le acaricié la frente. Me sentí un idiota; después de tantas peleas con Elizabeth y de tantas mentiras para con Katia, Max me ensañaba que nada de eso era importante. Lo primordial era su bienestar.

—Estás bien ahora, campeón. Solo recupérate pronto. La semana pasada me pediste que fuéramos a Hyde Park a jugar fútbol y te dije que tenía que hacer un par de cosas. Iremos en cuanto te recuperes, te lo prometo. Todas las veces que quieras. Lo juro.

«Te lo prometo, mi ángel»

Le di un beso en la frente y me eché a llorar cuando pensé en todas las cosas que no había hecho con él, o con Jen.

Como ninguno de sus padres me había respondido los mensajes, me pasé las siguientes dos horas tratando de comunicarme al menos con Elizabeth.

—Te envié un montón de mensajes —espeté apenas me atendió—. Y a Ben. Igual no te preocupes, está fuera de peligro.

—No puedo creerlo. Mi bebé —repuso ella, angustiada—. Juro que voy a demandar a los dueños. No me cabe en la cabeza cómo pueden ser tan irresponsables. ¿Él está bien?

—Sí, es lo que te estoy diciendo —exclamé. No entendía cómo podía ponerse a pensar en una demanda en ese momento—. Fue un accidente. Me importa una mierda que quieras iniciar una demanda legal, Elizabeth. —Respiré hondo, enfadado por su comportamiento—. Eso se verá después. Él está fuera de peligro —repetí.

—Iremos para allá.

—Está bien, ¿en cuánto tiempo? —Miré hacia donde estaba Katia y devolví mi vista hacia la ventana. Desde ese cuarto no podía verse mucho.

—No lo sé, una hora.

—Claro. Nos vemos.

Me giré hacia Katia en cuanto colgué.

—¿Qué te dijo?

—A veces me da la sensación de que lo único que a tu hermana le interesa son los "asuntos legales" —me indigné.

—¿Por qué? —preguntó.

—Dijo que iba a iniciarle una demanda a los dueños de la construcción. Yo creo que primero debería preocuparse por Max. Incluso aunque esté fuera de peligro, su prioridad debería ser siempre él.

Para siempre en ti [COMPLETA] Versión de RyderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora