|38 | ¿Dónde está Lady Beckett? Parte II

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—Pues yo lamentaré tener que arrancarle la cabeza a Derek Evanson.

—¿Por qué querrías arrancarme la cabeza, inglés? —Resuena una voz a sus espaldas, logrando acaparar la atención de todos con su llegada.

El aludido hombre está aquí, con su habitual cara de arisco y su irritable soberbia. Para cuando todos asimilan su sorpresiva presencia, la pobre Lady Evelyn tiene que levantarse de un tirón de su asiento para interponerse frente a su hermano, pues enseguida su cuñado se dispone a abalanzarse encima de él.

Derek ni siquiera se inmuta ante el fallido ataque de Gerald, y mucho menos se deja amilanar por las demoniacas y fulminante miradas de Landon y Elton.

—¡Serás canalla!

—Veo que hoy estás muy efusivo, Gerald. Y como siempre tan cordial y afectuoso. Lo propio de un venerable marqués—Lo azuza el yanqui con sarcasmo, con una ligera sonrisa maliciosa que termina por enervarlo más.

—Oh, cierra la boca, Derek. No te conviene hablar mucho dadas las circunstancias—Le advierte su hermana.

—Tienes razón, hermanita. Dadas mis circunstancias actuales, no puedo darme el lujo de perder el tiempo y más bien me urge ir al grano—Enturbia su rostro en seriedad.

—¡Vaya descarado este! —Landon se encrespa al darse cuenta de que Cheryl no ha llegado con él, pues no se ve señales de ella— ¿Dónde está la niña?

—¿Qué niña?

Lady Evelyn no tiene los reflejos necesarios para atajar a su marido cuando se acerca a su hermano para tomarle de las solapas con agresividad.

—No te hagas el chivo loco, Evanson. ¿Dónde está la muchacha?

—Quítame las menos de encima, Landon, o no respondo—Advierte, arqueando sus cejas en desafío.

—Te exijo que lo sueltes, cariño—Es al mandato de su esposa que el conde obedece, alejándose enseguida de él.

Es entonces cuando Derek mira a su alrededor. Tantos Beckett juntos les da la impresión de tratarse de una reunión familiar. Pero las caras de nerviosas de las mujeres y los rostros furibundos de los hombres resaltan a la vista. Repasa su mirada por cada uno de los presentes, sin encontrarla a ella.

—¿Os referís a Cheryl? —Se espabila, frunciendo el entrecejo

—Joder. ¡Por los mil demonios! ¿Intentas encresparnos todavía más, Evanson? Sabemos que la muchacha ha estado contigo—Interviene Lord Elton

—¿Conmigo?

Lord Gerald no contiene su arrebato y se propone asaltar al yanqui, pero Derek logra esquivarlo fácilmente antes de ser golpeado.

—Calma, hombre— Lo refrena— La muchacha no ha estado conmigo si es lo que pensáis, joder.

—Maldito embustero. ¿Dónde la tienes?

—A tu hija no la ha visto desde antes de ayer durante la velada, de la cual cuyo desenlace al parecer ya todos ustedes estáis enterados. Vaya bocazas que sois, señores—Se refiere a Landon y a Elton— Vaya poco honor demostráis al tirarle los trastes a vuestra sobrina.

—Los trastes se lo tiraste tú en el momento en que decidiste ir a esa velada detrás de ella. Habrías de saber que Cheryl es una jovencita aristocrática que vive al ojo pública y que por tal cada movimiento suyo trasciende. Y es gracias a ti que ahora mi sobrina lleva un escándalo desatado bajo su nombre.

Derek no responde, pues no tiene forma de justificar la razón que lo llevó a asistir al evento. Se limita a quedarse callado y fulminar con sus ojos a Landon Beckett.

Lady BeckettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora