Epílogo.

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Enero del 2059. La base de los Calabozos del ejército ruso fueron atacados por las bestias eliminando a todos los soldados, luego de tres días las bestias fueron eliminadas por un grupo grande de la RLI quienes fueron a verificar si todavía había sobrevivientes en los calabozos.

Abril del 2065. Bases abandonadas del antiguo ejército ruso, la hacker Kimberly Worral reconstruyó un idioma muerto y logró encontrar una forma de desactivar los chips explosivos de las prisioneras.

Una mano se asomó por el hueco en la tierra provocando que algunos guardias alistaran sus fusiles y le quitaran el seguro pero el rubio que los comanda alzó su mano para detenerlos y con sus ojos azules siguió observando el hueco sintiendo ansiedad en su interior y a la vez muchos nervios alborotados en todo su cuerpo pero los disimuló perfectamente.

Dos brazos pálidos se apoyaron de la orilla del hueco y luego se asomó una cabellera negra completamente revuelta y muy seca.

La mujer sacó medio cuerpo por el hueco cerrando fuertemente sus ojos, siguió saliendo del hueco al mismo tiempo en que el rubio empezó a caminar hacia la mujer, la ayudó a salir por completo tomando sus dos manos, la morena parpadeó varias veces pero solo logró entreabrir sus ojos y observó de forma borrosa a la persona en frente de ella.

─¿Tú eres...? ─murmuró Janet intentando aclarar su visión.

─Axel, tía Janet ─habló Axel al mismo tiempo en que Janet agacha la cabeza y parpadea varias veces─. Has estado mucho tiempo encerrada, tardarás en acostumbrarte a la luz ─Axel volteó a ver a Joel haciéndole un ademán con la mano para que se acercara─. Denle algo de comer y beber y súbanla a la camioneta.

─No, espera ─habló Janet viendo con dificultad a Axel─. Las demás.

─Yo me aseguraré de que salgan todas y que no les pase nada, tú ve a descansar un rato.

Janet suspiró cansada para luego sonreír con algo de dificultad, asintió con la cabeza y dejó que Joel la acompañara a la camioneta para recibir alimentos.

Axel se acercó al hueco de la tierra observando como otra mujer sale, así pasaron los minutos, mujer tras mujer saliendo del hueco, de diferentes edades, formas y tamaños hasta que una cabellera rubia, seca por la falta de agua y jabón además de algo sucia se asomó por el hueco, rápidamente Axel la ayudó a salir encontrándose con una mujer más baja que él, se dio cuenta que la piel bronceada estaba muy pálida por la falta de sol además de que se veía extremadamente delgada y demacrada.

Axel colocó una mano en su mejilla observando como ella parpadea rápidamente y mantiene la cabeza gacha por la luz del sol.

─Mamá ─habló Axel provocando que la mujer rápidamente alce su rostro para verlo, ella intentó reconocerlo pero todo se veía borroso para ella─. Mamá ─repitió Axel sintiendo una inmensa alegría querer salir de su pecho pero lo único que dejó ver fue una sonrisa pequeña.

─¿Pastelito? ─murmuró Luna dejando que las lágrimas resbalen por sus mejillas pálidas─. ¿En serio eres tú? ─cuestionó con la voz más ronca por el llanto.

─No llores, todo está bien ─murmuró Axel abrazándola, Luna no aguantó más y se aferró a su hijo menor con todas sus fuerzas dejando salir su llanto pero ocultando su rostro en el pecho del rubio─. Ya estás a salvo, ahora estoy contigo y no dejaré que nada te pase, mamá.

─Ay, mi pastelito, mi bebé ─lloriqueó Luna despegando su rostro del pecho de Axel, agarró el rostro del rubio con sus dos manos frías y lo observó detalladamente pero seguía viendo todo borroso por la luz del sol y las lágrimas que siguen resbalando por sus mejillas─. Te extrañé muchísimo, mi amor, me alegro de que estés bien. Te amo mucho, pastelito.

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