Capítulo No. 6. Zeph Ford.

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─Nada cariño ─musité viendo de reojo a la chica desconocida, volví a ver a mi princesa y le sonreí para tranquilizarla─. Ve al cuarto, te alcanzo en un momento.

Dejé en el suelo a Zoey, le pellizqué la nariz y le besé la frente, ella me sonrió, besó mi mejilla con una creciente barba de algunos días y regresó a la habitación en la que pasamos la noche.

Observé como cerró la puerta de madera dejándonos en un profundo e incómodo silencio, al menos para mí. Inhalé y exhalé pesadamente para luego ver de reojo a la recién llegada.

Delgada, parece delgada, pero con esa... chamarra negra no lo parece tanto, aunque por sus jeans ajustados se ve claramente que es delgada o bueno... eso creo, su color de piel es pálida, diría que aparentemente es suave pero con esos golpes, moretones, heridas en su rostro y probablemente en todo su cuerpo, creo que dejó de ser suave desde hace mucho tiempo, su cabello al parecer es castaño intermedio, ni tan claro pero tampoco tan oscuro, además de ser corto hasta la altura de sus hombros y se ve revuelto, completamente revuelto, por último sus ojos del color de las nubes cargadas de lluvia: grises intermedio.

Quién sabe cuánto tiempo fue el que me la quedé viendo porque ella me observaba con el ceño fruncido y una de sus cejas alzadas, además de lanzarme una muy mala mirada, tal vez ya le caí mal, pero me da igual.

Miré a la morena, o sea Kimberly, ella simplemente asintió en mi dirección, luego miré al rubio, o sea Axel, él solo me observó fija y seriamente, como si estuviera analizándome... otra vez.

─Zeph ─me llamó Axel provocando que gire mi cuerpo para quedar de frente a las dos chicas─. A Kimberly ya la conoces.

Miré a la morena de ojos oscuros, ella me saludó con un casi imperceptible movimiento de cabeza.

─La chica Frankenstein es Willa Worral ─La chica de los ojos grises vio de mala manera al rubio, quien no dejó de hablar─. Integrante de la familia Worral, mi familia, en otras palabras: mi prima ─musitó. Lo último lo dijo demasiado serio que incluso creí que fue una amenaza─. No preguntes porque ahora tiene la cara destrozada, una larga historia que esperamos no se vuelva a repetir.

Al parecer, Axel es el mayor de los tres porque miró recriminatoriamente a Willa, la chica de ojos grises rodó los ojos frustrada y se rio entre dientes viendo a otro lado.

─No fue mi culpa ─gesticuló... ¿Willa?─. Cabeza de Coco y Howkon no son muy amigables que digamos, y ni hablar de los malditos rusos.

¿Cabeza de Coco? ¿Howkon? ¿Se refiere a Jack Howkon?

Fruncí el ceño viendo a la castaña, Willa llevó sus dedos a la parte trasera de su cráneo y se quejó entre dientes pero luego recibió un manotazo por parte de Kimberly.

─No hagas eso, te vas a lastimar más ─advirtió la morena.

─Más lastimada no creo poder estar ─murmuró Willa.

La chica de ojos grises volteó su cabeza a otro lado permitiéndome ver una gasa en la parte trasera de su cráneo, luego ella me vio de reojo, lo que me obligó ver de nuevo a Axel, quien me ve sospechosamente, lo que me incomodó un poco y me hizo sentir nervioso.

─Kim, trae las reservas por favor, hay que comer algo antes de partir ─ordenó Axel viéndome serio, lo que ocasionó que yo lamba ligeramente mi labio inferior.

Kimberly no contradijo, solo caminó pasando por un lado mío, la vi de reojo y noté como dobló un pasillo a la izquierda, luego escuché una puerta abrirse y cerrarse.

─Yo... iré al baño.

Miré de inmediato a la chica con nombre raro, ella me observó con sus ojos entrecerrados para luego caminar a otro lado con total tranquilidad hasta adentrarse a la habitación de donde apareció.

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