Capítulo No. 37. Willa Worral.

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Medio abrí los ojos viendo todo borroso y oscuro. Sentí un leve charco de agua debajo de mi cuerpo. Volví a cerrar los ojos sintiendo mis manos y pies amarrados. Abrí los ojos de nuevo viendo todo menos borroso que antes.

Sentí una leve punzada de dolor en mi cabeza por lo que hice una leve mueca de dolor, en ese momento sentí un dedo punzar mi ojo por lo que me sobresalté, moví bruscamente mi cabeza, me senté en el suelo y me alejé de esa persona.

Volteé a ver a la persona pero lo vi todo borroso, parpadeé varias veces para poder identificar a la persona pero la oscuridad del lugar no ayuda mucho.

Poco a poco mi vista regresó a la normalidad hasta que logré ver a... a una niña.

¿Una niña? Pero...

Fruncí el ceño confundida, la observé dándome cuenta de sus rasgos, cabello castaño oscuro todo sucio y enredado, ojos verdes con un leve brillo de tristeza, piel completamente pálida, llena de ojeras y suciedad, su ropa se encuentra sucia y muy maltratada.

No tengo ni la más mínima idea de quién diablos es.

Ella me miró con mucha curiosidad, observó atrás de ella lo cual me causó mucha curiosidad, miré lo mismo que ella notando un grupo de mujeres que voltean a ver hacia acá pero no se acercan.

─¿Eres Willa? ─preguntó ocasionando que la vea de nuevo.

Ay, canijo, ¿cómo sabe mi nombre?

─¿Y tú eres...? ─divagué viéndola de pies a cabeza para luego encogerme de hombros─. ¿En dónde estoy?

─En los calabozos para prisioneras ─respondió con simpleza mientras se sienta al estilo mariposa─. ¿Eres Willa?

Fruncí el ceño viéndola con sospechas.

Un momento... prisioneras.

─¿Aquí hay puras...?

─Mujeres, ni un solo hombre.

Ouh.

Me lleva la fregada.

─Mierda ─murmuré dándome cuenta de la situación─. Oye, niñita.

─Isabel ─corrigió viéndome con una leve sonrisa─. Me llamo Isabel Worral.

─Cómo sea, ¿dónde está la salida?

La observé notando como su sonrisa se pone burlona, pensé y pensé, mi mente entró en estado de shock.

Alcé las cejas sin poder creer lo que suena y resuena en el revoltijo de mis pensamientos, la observé mejor para luego hacer levemente la cabeza hacia atrás, la señalé con un dedo, abrí la boca para preguntar pero nada salió de ésta.

Simplemente...

Ouh.

─¿Tú...?

─Me llamo Isabel Worral. Tú eres Willa, ¿verdad?

Su mirada brillo, el brillo de tristeza desapareció y su sonrisa burlona se extendió por todo su rostro.

A mi mente llegó la imagen de una bebé de un año caminando por todos lados, su cabello castaño amarrado en varias colitas chistosas y sus ojos verdes brillando de alegría.

Era Isabel... mi sobrinita... la hija de Alexis... mi primo... el hermano de Axel...

─¿Isabel? ─La miré completamente sorprendida dándome cuenta de que ha cambiado muchísimo, demasiado diría yo─. ¿Eres hija de Alexis y Zara Worral?

Ella asintió emocionada lo que provocó que sus ojos verdes se llenen de lágrimas, de repente se lanzó hacia mí y me abrazó fuertemente.

Yo... yo seguía sin poder creerlo.

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