─¿Funcionó?
No desvié la mirada de la pantalla de la laptop ni dejé de teclear en ningún solo momento, aguardé a la respuesta de la morena, quien acaba de salir de la habitación en la que encerramos a Zeph luego del ataque de pánico que sufrió horas atrás.
─Supongo.
Dejé de teclear y observé como automáticamente la laptop, conectada ilegalmente a algunos de los pocos satélites aun en funcionamiento que pasan justo en estos momentos por encima de Europa, empieza a cargar el acceso al sistema del satélite al que me estoy conectando.
Alcé una ceja y miré de reojo a Kimberly descubriendo como caminó a la puerta de la salida de la habitación en la que nos encontramos.
─¿Supones?
Esperé a que mi pregunta discreta lograra que ella se quedara aquí conmigo pero todo dio un giro inesperado, no se fue, claro que no se fue pero sí que explotó.
Mi-er-da.
─¡No lo sé, demonios! ─gritó sobresaltándome ligeramente mientras la veo como si estuviera loca por su grito presenciando como ella se giró a verme mientras hace ademanes con sus manos como si evitara golpearme o ahorcarme─. ¡No sé si funcionó! ¡No sé si lo hice bien! ¡Intenté ser lo más suave que pude con él pero no sé si funcionó! ¡No sé si logré manipular su mente a cómo debe de ser! ¡No lo sé, no lo sé, no lo sé! ¡Aaaaaggggghhhhh!
─Está bien, está bien ─murmuré viéndola con cautela y cierto temor a que no vuelva a explotar.
Volví a ver la laptop viendo como el porcentaje de carga aumenta de cinco en cinco cada tantos segundos, miré de reojo a Kimberly con cierta inquietud notando como ella bufó frustrada como un caballo y dio vueltas sobre su propio eje mientras hace su cabello negro hacia atrás, a pesar de estar amarrado en una coleta de caballo.
Fruncí el ceño confundida ante su repentina actitud.
Últimamente... mi prima ha estado muy rara, más amargada de lo normal, pensé que está así por la guerra y por la pérdida familiar que tuvimos, sobre todo ella ya que era muy cercana a su madre y a su hermano mayor Archie, pero he estado descartando esas ideas por el simple hecho de que la he notado muy pendiente del chico al que acabamos de encerrar en una habitación.
No en el sentido de pendiente-obsesión, sino más bien, como viéndolo de vez en cuando y prestándole atención a sus movimientos o a lo que dice.
Nadie cree que soy observadora pero las circunstancias en las que crecí me volvieron observadora a cualquier cosa, por esa razón sé ocultarlo muy bien. Muuuyyy bien.
─Kim... ─la llamé con discreción esperando a que no descargue su furia conmigo─. Kim.
─¡¿Qué quieres, Willa?! ¡¿Qué-quieres?!
Me sobresalté ligeramente y la vi de mala manera mientras ella me ve con su respiración agitada y en un estado de aparente frustración y enojo con... con el mundo.
─¿Sabes? Está bien que andes malhumorada estos últimos días pero eso no significa que descargues tu rabia con los demás ─reproché regresando a teclear en la laptop cuando la carga de acceso terminó.
Babosa.
Debido a lo que le dije logré que ella bufara frustrada como un caballo y rascara su cabeza con sus uñas ligeramente largas mientras ve a otro lado atormentada o como sea que se encuentre.
Me dediqué a seguir tecleando con el objetivo de poder cuadricular la ubicación de Jack Howkon lo más cerca que sea posible, sin embargo, mi mente y conciencia decidió jugarme una muuuuy mala broma... me hizo sentir culpable por cómo se encuentra Kimberly en estos momentos... y cómo me odio por eso.
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Zone Zero
Teen FictionÉl estaba bien, según sus ideas, hasta que su enemigo secuestró a su hermano menor y ahora tiene que buscar la forma de salvarlo pero sin descuidar a su hermanita de ocho años en medio de la Tercera Guerra Mundial. Ella solamente buscaba la forma de...