Capítulo No. 21. Willa Worral. || 2da. parte.

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Fue mala idea, una completa y estúpida mala idea.

¿Qué diablos tengo en la cabeza como para hacer tal estupidez?

La cosa ladeó la cabeza sin dejar de verme, sus dientes se encuentran levemente separados, dejando ver los filosos que son, y en serio que se ven filosos, realmente filosos, muuuy filosos, ay, mamita santa, Willa, ya valió madres todo.

Unos disparos desde la parte de atrás de mí llamaron la atención de la cosa, quien hizo su cabeza hacia atrás pero no cayó muerto, aprovechando su distracción, y despejando mi mente de todo pensamiento negativo, me agaché en su dirección y agarré el machete pensando que por un momento triunfaría, sin embargo, la cosa me dio un fuertísimo golpe en el costado de mi cuerpo mandándome a volar por el aire.

Giré sin poder evitarlo hasta que choqué de frente con una pared, gracias a Dios tuve mis brazos cubriendo mi pecho y cabeza. Caí al suelo en un golpe seco, quedé boca arriba sintiendo un dolor indescriptible recorrer mis pobres bracitos junto a un ardor picosito, gemí de dolor sonoramente y me sentí aún más peor por eso, ¡Pero es que en serio dolió! ¡El condenado tiene fuerza! ¡Mucha fuerza!

Abrí los ojos pero todo lo vi borroso y movedizo, parpadeé varias veces para poder ver normal y cuando lo logré, recordé algo.

Alcé mi cabeza rápidamente y volteé a ver mis antebrazos descubriendo cómo tengo abrazado el machete, sonreí alegremente, suspiré de alivio y dejé caer mi cabeza de nuevo contra el suelo.

Tengo el machete. ¡Tengo el machete!

Un rugido animal llamó mi atención.

¿Es en serio?

Miré de reojo a Kimberly descubriendo a mi prima esquivando los golpes de la cosa esa que me lanzó en el aire contra la pared.

Unas intensas ganas de matar a la cosa esa se apoderaron de mí y lo demostré todo en mi mirada. Maldición. Ojalá le caiga algo encima a esa cosa para que se muera de una jodida vez por todas.

Otros rugidos más sonaron en el aire, demasiado cerca de mi posición.

Agh, mierda.

Me puse de pie rápidamente, sintiendo la adrenalina del momento, y empuñé con firmeza el machete en mis manos, del cielo aterrizaron dos cosas en frente mío, cosas como la que me golpeó en el costado izquierdo de mi cuerpo, el cual me duele como los mil demonios pero puedo con eso.

Ignora el dolor, Willa. Ignora el dolor. Tú eres anti dolor. ¡Tú eres anti dolor, mujer!

Respiré agitadamente, sintiendo mi corazón palpitar locamente contra mi caja torácica. Las cosas se acercaron unos pasos a mí pero maniobré con el machete esperando que se alejen y teman por sus vidas... o fui muy ilusa o ellos son anti temor pero no lo hicieron, ni un centímetro se alejaron de mí.

Me reí nerviosamente entre dientes al ver cómo se ven entre ellos, como si se estuvieran debatiendo entre matarme por pendeja o matarme por pendeja, luego voltearon a verme y ladearon sus cabezas, entreabrieron más sus dientes mostrándome los filosos que son y por último dieron pasos en mi dirección dejándome más que en claro que me matarán por pendeja.

Okey... aquí ya valió madres todo.

─¡Plan B! ─grité dándole la espalda a las cosas y huyendo como alma que lleva el diablo.

Escuché sus rugidos detrás de mí y luego como empiezan a correr en mi dirección. Cerré los ojos sin dejar de correr y recé con el alma atormentada que esas cosas desaparezcan de una vez por todas.

¡¿Acaso tenemos un plan B?! ─gritó Kimberly e imagino que está corriendo por su respiración agitada.

─¡No pero qué importa!

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