CP75. MÓNACO BBY

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Había olvidado lo que era despertar sin el a mi lado, observo algunos segundos el otro lado de la cama y me permito soltar un suspiro por su ausencia.
Miro la hora, 8:10 estoy en tiempo para ir al aeropuerto y por fin, después de 2 días, volver a verlo, resulta que debía estar antes en Mónaco para algunas charlas y reuniones.
Me ato el cabello en un moño despeinado, estiro mis brazos en cuanto estoy de pie, lavo mi rostro y mis dientes para finalmente ponerme un lindo vestido de tela color beige amoldando mi figura. No faltan mis Alexander McQueen y uno de mis 2 bolsos Hermes que compre hace unas semanas. 3h y media después puedo observar la hermosa ciudad rodeada de los lujosos yates, el sol está en su máximo esplendor y estoy ansiosa por poner un pie fuera ya.
M: Muchas gracias - miro a la chica que está frente a mi entregándome la maleta que faltaba y camino hacia la salida, para ser miércoles hay bastante gente, me dirigí a uno de los taxis que hay fuera y rápidamente un señor se acercó a mi
X: Buenas tardes, ¿requiere servicio? - preguntó amablemente y con una sonrisa
M: Si, por favor
X: Deme su maleta yo la subo - deje que tomara la maleta y mi celular comenzó a vibrar - mire la pantalla y mi corazón se aceleró
M: Hola - dije mirando como el señor abría la cajuela
L: ¿Qué haces? - preguntó
M: Estoy por ir al hotel, tomaré un taxi - el hombre se acercó a abrirme la puerta
L: Pero tu taxi está justo dos autos atrás del que vas a tomar - dijo y mire rápidamente a lo lejos, visualice un McLaren negro estacionado, rodeado de algunos fotógrafos
M: Joder - mire al señor que esperaba que subiera - ahora voy - termine la llamada y el señor seguía esperando - lo siento mucho, resulta que vinieron por mi - dije muy apenada
X: Oh, no se preocupe, ahora le doy su maleta - caminó de nuevo a la cajuela y la bajo rápidamente
M: Muchas gracias y lo siento - dije dándome la vuelta observando como Lando venía hacia mí sonriendo
Camine hccia él e instantáneamente nos unimos en un abrazo
L: Parece que fueron mil años los que no estuve contigo - me apretaba con fuerza hacia él
M: Te extrañé demasiado - dije en su oído, bajó su cubrebocas junto al mío y nos dimos un corto beso sin importarnos el resto de la gente que nos miraba.
L: Vamos - tomó mi maleta, la subió al auto y comenzó a manejar. - te ves muy linda hoy - desvío su mirada rápidamente hacia mí
M: También te ves muy guapo - me permití observar que llevaba unos jeans negros y una camisa blanca
L: Iremos a comer - dijo
M: ¿Ahora mismo? - pregunté
L: Si, ahora - contestó mientras nos deteniamos en un semáforo
M: ¿Y esto que traigo está bien? - dije mirando el vestido
L: Que mas da, llegando al hotel te lo voy a quitar - me miró, sonrió, sonreí, mis mejillas ardieron y continuó manejando.
Unos minutos después llegamos a una gran mansión, la cual era el restaurante
Dos hombres vestidos con un elegante traje negro nos abrieron las puertas del auto y bajamos, tomó mi mano y subimos las escaleras de mármol blanco que estaban frente a nosotros, nos llevaron directamente a una mesa circular, algo grande para solo dos personas pero estaba bien.
Se quito el cubrebocas y yo lo imité, contemplaba mi rostro con una sonrisa
M: ¿Y por qué estamos aquí? - levanté ambas cejas y tomó con sus manos las mias
L: Solo quiero pasar la tarde con mi linda novia, tranquilo, en un lindo lugar, relajandome antes del largo fin de semana que nos espera - dijo y en ese momento llegó uno de los mesero con las cartas
X: ¿Les ofrecemos algún vino? - preguntó
M: No muchas gracias - mire a Lando - nada de alcohol antes del fin - el asintió y continuamos mirando la carta
Comimos algunos cortes de carne, con ensaladas y al estar satisfechos ni siquiera pedimos algún postre, la comida había sido bastante rápida, el tiempo cuando estoy con Lando parece que se va demasiado rápido, salimos al gran jardín que ofrecía y caminábamos tomados de la mano, agradecí que no había fans ni gente tomando fotos, este era un momento solo de él y mío.
Su mano era cálida junto a la mía, normalmente cuando me toma me doy cuenta que mis manos siempre están más frías que las de él.
Mirábamos desde ahí el mar a lo lejos, los yates de lujo, y el atardecer que pintaba el cielo con colores cálidos como rosa, naranja y un poco de amarillo. Su mano rodeó mi cintura acercándome a su costado, deje que mi cabeza descansara en su pecho, depositó un tieno beso sobre mi cabeza y por unos minutos me olvidé de todo, del mundo, solo estaba aferrada a él y esa increíble vista que teníamos frente a nosotros, podía sentir como mi corazón latía fuertemente, su fragancia inundaba mis pulmones, su cálida mano transmitía calor a la mía poco a poco, lo observé por unos minutos, el miraba a lo lejos, en su mirada podía ver un gran brillo, me miró e instantáneamente sonreímos.
L: Creo que nunca te he agradecido lo suficiente por estar en mi vida - dijo tomando mis dos manos
M: Sabes que no es necesario que lo hagas - miraba sus verdes ojos
L: Pero enserio, gracias, por todo, por apoyarme y estar conmigo - dos de sus dedos rozaron una de mis mejillas
M: La verdad es que ambos trabajamos para el mismo equipo - dije bromeando y el rió, luego e unos segundos continúe - Lando, desde que te conocí, no quise otra cosa más que estar a tu lado, y eso significa apoyarte en todo, puedes estar seguro de que simepre voy a estar a tu lado mi vida - lo mire con una sonrisa
L: Y yo también estaré a tu lado, apoyandote en lo que sea - sus ojos me miraban fijamente, sentí una gran necesidad de abrazarlo así que lo hice, me hundí entre sus brazos, mi pequeño cuerpo encajaba a la perfección con el suyo, podía sentir como nuestras respiraciones se volvían una sola, en ese momento me di cuenta de que estaba completamente enamorada de él, me di cuenta de que no sé lo que haría si un día me alejo de él.
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LANDO NORRIS | ¿DESTINO O CASUALIDAD? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora