Capítulo 4 - Secretos (corrigiendo)

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El secreto de Jack - Capítulo 4 ''Secretos''

Jack siguió dibujando en su libreta sin prestar mucha atención a lo que decían en clase, Daniel sacó el mini bloc que Jack le había dado, arrancó una hoja y escribió en ella, después se la pasó a Jack.

Éste, notó la mano de su amigo en la mesa, soltando en ella la hoja, alargó la mano y la recogió, la miró y sonrió de nuevo.

—Sí, puedes llamarme Dani.

Jack guardó la hoja en su bolsillo y siguió atendiendo en clase, el tiempo fue pasando y en cuanto sonó el timbre que anunciaba el recreo, todos los chicos comenzaron a salir de las aulas.

Jack salió y se perdió entre el barullo, Daniel le seguía pero lo perdió de vista, se metió entre todos los chicos que caminaban por el pasillo y logró ver a la distancia a Jack, estaba con otro chico más grande que él, tendría unos 15 o 16 años, era rubio de pelo ondulado y muy alto, parecía que hablaban de algo y en un momento el chico rubio se inclinó y le dijo algo en el oído.

Se acercaba a ellos con cada paso pero por culpa de los alumnos que se iban juntando para salir al recreo cuando llegó ya no estaba Jack, tampoco el otro chico.

—¿Qué haces? —Tommy se acercó a Daniel—. Salgamos fuera venga.

Daniel miraba desde arriba, observando, no le quitaba la vista, estaba en el patio, ya era la hora del recreo, a su lado estaban Alan y Tommy hablando de videojuegos, pero él no prestaba atención, sólo miraba a Jack en la distancia, éste hablaba con sus amigos, sonreía y se movía constantemente, en cierto modo le gustaría estar con él en el recreo, pero le daba miedo acercarse a su grupo.

No dejaba de darle vueltas a lo que vio, algo no le gustaba del otro chico que conversaba con Jack, ¿Qué estarían hablando...?

—¡Oye Daniel! ¿Por qué nunca hablas? ¿Eres mudo de nacimiento? —Alan se puso al lado de Daniel, apoyado en la barandilla, los chicos estaban cerca del gimnasio, mirando desde arriba al resto de chicos del patio.

—¡Alan! ¡Déjalo! —Tommy empujó levemente a Alan.

—¿Qué? Solo pregunté... —Alan lanzó el papel de su bocadillo al cielo cayendo al patio.

Daniel se giró y se apoyó en la barandilla dando la espalda al patio, miró a Alan y permaneció en silencio.

—De todas formas no puede decirte por qué no habla, porque no habla... ¿No crees? —Tommy miró a su amigo con cara de burla.

—Ya, bueno, pero sabe escribir, ¿No? Que lo escriba. —Alan parecía muy interesado en saber el motivo, demasiado, y eso a Daniel no le gustaba, no quería hablar sobre ello, no estaba preparado.

—Solo déjalo, no tiene que contar nada a nadie, es su vida, venga, Daniel, volvamos a clases, que va a tocar la campana. —dijo Tommy llevándose a Daniel con él.

Efectivamente sonó la campana de la escuela anunciando el final del recreo, todos volvieron a sus clases.

Y así pasaron las horas hasta la última sirena, la que anunciaba el final de las clases del día.

Los chicos fueron saliendo, Alan y Tommy se despidieron de Daniel y éste retomó su camino a casa, Jack corrió y se puso a su lado.

—¿Qué prisa tienes no? —Jack sacó de su bolsillo varias monedas sonriendo—. ¿Qué? ¿Te vienes conmigo?

Daniel miró a Jack sonriendo y afirmó con la cabeza, ambos chicos fueron a la tienda de cómics, cuando llegaron Daniel no pudo evitar quedarse embobado mirando el cartel de la misma, enorme, 'Divermundo'', lo miraba con la boca abierta.

El secreto de JackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora