Capítulo 41 - Déspota (corrigiendo)

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El secreto de Jack - Capítulo 41 ''Déspota''

Tras el grito, Daniel comenzó a sentirse mal, ¿Le hizo fotos sin saberlo? ¿Cómo? Se sintió mal, comenzó a alterarse, estaba muy nervioso, necesitaba gritar, golpear, y con fuerza.

Al día siguiente:

Daniel caminaba hacia la escuela, Jack apareció a su lado sonriente.

—¡Hola! ¿Por qué no esperaste a que mi tío aparcase en tu casa? —preguntó Jack.

Daniel, ido, ignoró a Jack.

—¿Qué te pasa? —preguntó éste, sabiendo que a Daniel le pasaba algo.

—¿Eh? No, nada..., es solo que no..., no estaba concentrado. —Daniel no sonaba del todo convencido.

En ese momento Tommy se acercó a ellos con otra sonrisa.

—Eyy, ¿Qué pasa chicos? —preguntó Tommy.

Tras el saludo, los tres entraron en el Instituto y tomaron asientos, el profesor llegó y la clase comenzó.

—Bueno chicos, ya es hora del trabajo de ayer, ya los corregí, y los 3 primeros leerán sus trabajos en voz alta, Daniel, un 10, enhorabuena.

Daniel aún pensaba en lo ocurrido anoche cuando Aaron lo llamó.

—¿10? Qué fuerte Dani, ese es mi chico. —dijo Jack en bajito a su lado.

—¿Daniel? Avanza y ponte frente a la clase, debes leer en voz alta el trabajo. —insistió el profesor, Aaron.

Daniel, nervioso, cogió su libreta y se dirigió a la pizarra, en frente de todos.

—Vamos, no te cortes. —el profesor le miraba sonriente.

Daniel se fijó en todos sus compañeros, expectantes, Jack miraba atento, pero Liam también, no, no podía leer eso en voz alta, ahora no era el momento, tenía miedo.

—Daniel, somos lo que queremos ser, ¿Tú qué quieres ser? —Aaron miró a Daniel con seriedad, su frase estaba claramente indicando que había leído el trabajo y lo apoyaba.

Daniel sujetó la libreta con fuerza y comenzó a leerla.

—Tus ojos se posaron en los míos, tu mirada no dejaba la menor duda, sentiste algo por mí, lo noté, y yo sentí lo que era el amor en ese momento, y aunque tú no lo sabías, yo ya te pertenecía, incluso sin yo mismo saberlo, ya era de tu propiedad, mi corazón había sido arrancado y lo tenías en tus manos.

Daniel se detuvo y miró con temor al resto de la clase, que observaban a Daniel con atención, Jack le miró y con su pulgar le hizo saber que lo estaba haciendo muy bien.

—Incluso cuando veía que estabas con otras chicas, me dolía, pero algo en mi interior me aliviaba, era el saber que, aunque tú estabas con ellas, eras mío y yo tuyo, en mi mente, en mi alma, en mi corazón, cada suspiro, cada mirada, cada sonrisa, cada palabra..., todo cuanto me dedicabas era especial para mi, porque venía de ti.

Daniel suspiró tragando saliva y continuó.

—Sabía que no sería fácil, pero no escogí enamorarme de ti, no escogí ser tuyo, ni si quiera tú escogiste, pero lo hiciste sin saberlo, desde el momento en el que me senté a tu lado, yo sufría, y cuando más intentaba evitar el sufrimiento, más sufría, era un sufrimiento por no saber que sentía, por no saber realmente lo que quería.

Daniel cogió aire con fuerza, notaba que sus piernas fallaban, esta vez no despegó su mirada de la libreta, no se atrevía.

—He pasado muchas noches pensando en ti, en que realmente te amaba, pero ¿Podía hacerlo? Tu eres un chico, yo también, ¿Eso está mal? ¿Por qué no me enamoré de una chica? ¿Por qué siento esto por ti? Era una tortura, una constante y agonizante tortura.

El secreto de JackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora