Capítulo 47 - Bipolaridad (corrigiendo)

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El secreto de Jack - Capítulo 47 ''Bipolaridad''

Atado con cuerdas a la tabla de madera y amordazado con algo metido en su boca y cinta adhesiva, Daniel miraba a su alrededor alterado, parecía estar en un almacén muy amplio, donde había colchonetas, balones y demás enseres deportivos guardados en estantes.

Connor, Yael y el chico pálido estaban sentados en el suelo, hablando en voz bajita, no distinguía lo que decían.

David entró por la puerta con una botella de plástico vacía.

—Vaya, si ya se despertó. —dijo David en voz baja mirando a Daniel, se acercó a él mientras los otros se pusieron en pie al verlo llegar.

—¿Y ahora? —preguntó el chico gordito, Yael, quién golpeó a Daniel y le hizo desmayarse.

David sonrió mirando a Daniel y agitó la botella, blanca y vacía con sorna.

—Ahora..., ahora toca el rito.

Daniel miró con cierta rabia y a la vez temor a David, que dejó la botella a un lado y sujetó del pelo a Daniel con fuerza, el cual se quejó como pudo con la mordaza.

—¿Aún no me recuerdas? —David se acercó a escasos milímetros de Daniel—. Te refrescaré la memoria.

David soltó a Daniel y buscó entre una caja que había en uno de los estantes algo, tras encontrarlo lo sacó, un gran bate de béisbol.

—Noche de feria, tu novio en el suelo sangrando y mis amigos dándole una lección. —David continuó hablando mientras bateaba al aire con lentitud, todo esto ante la mirada de los otros tres chicos, en silencio—. ¿Y ahora? ¿Me recuerdas?

Daniel se agitó con rabia e ira, sí, David debía ser uno de los chicos que pegaron a Jack, quizás el más pequeño, por eso estaba aquí, en este correccional.

—Por tu culpa yo y mis amigos acabamos aquí, por tu culpa ellos están en prisión, por tu maldita culpa, ¿Por qué no lo dejaste estar? —David se acercó con rabia a Daniel.

—¿De qué hablas David? —preguntó Connor.

David de giró y miró a sus amigos, que no entendían nada.

—Este crío... —David señaló con el bate de manera amenazante a Daniel—. Es un maricón que pillamos mis amigos y yo, ¡¡Se besaba con otro chico!!

David soltó el bate nervioso en una de las colchonetas y buscó de nuevo en la caja.

—Debe ser algo que nunca olvide..., sí... —David sacó de la caja un inflador de balones, sonrió y miro a Daniel con rostro asesino—. Vamos a inflarte hasta que revientes...

—¿Qué dices tío? El rito no es ese... —dijo Yael.

—Cállate, yo decido como se hace el rito. —David se acercó a Daniel y apuntó con la aguja del inflador en su muslo izquierdo—. Vamos a pasar una noche muuuuy larga.

—¡No! —una voz sonó detrás de él.

David se detuvo justo cuando iba a clavarle la aguja del inflador de balones.

—¿Qué? —girándose sobre sí mismo, David miró a sus tres compañeros, que permanecían en silencio—. ¿Quién fue?

—Yo. —Connor se sacó sus manos de los bolsillos con chulería y caminó hasta David, que no le quitó la mirada en ningún momento, se puso frente a él y le aguantó la mirada, David medía por lo menos diez centímetros más que Connor.

—¿Me estás retando, enano? —preguntó David.

—La verdad es que, me aburres, todo esto es aburrido. —tras esto, Connor sacó una navaja, y la clavó en el cuello de David con una velocidad pasmosa.

El secreto de JackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora