Capítulo 37 - ¡Quítate la venda! (corrigiendo)

98 8 2
                                    

El secreto de Jack - Capítulo 37 ''¡Quítate la venda!''

Daniel se giró y comenzó a vomitar, Liam soltó la tapa del ataúd cerrándola, cogió la pala y comenzó a tapar de nuevo la tumba.

Daniel, mareado, salió del agujero y comenzó a llorar en silencio, Liam continuó echando tierra, aunque no podía evitar sentirse mal ante los lloros de Daniel, que no dejaba de llorar, estuvo bastante rato hasta que Liam terminó de tapar la tumba.

Soltó la pala lejos y se limpió la tierra como pudo, se quitó los guantes y los lanzó con fuerza lejos.

—Tenemos que irnos. —Liam se acercó a Daniel, que estaba de rodillas, seguía llorando en silencio, Liam le sujetó del brazo y lo arrastró hasta llegar por donde entraron—. Son casi las tres de la madrugada, tenemos que irnos.

Liam se puso inclinado para que Daniel saltase, pero éste no se movía.

—¿Qué haces? ¿Saltas o qué? —Liam comenzó a ponerse nervioso ante la pasividad de Daniel.

Liam se acercó a éste y lo puso contra la pared, mirándolo con enfado.

—¿Puedes dejar de llorar? Escucha, yo no vine aquí por mí, lo hice por ti, por ayudarte, porque realmente pensé que tenías razón, creí en ti.

Liam hizo una pausa y respiró hondo.

—Tú sabías lo que pasaría si veníamos, estaba la posibilidad de ver su cuerpo, y yo ahora me arrepiento de haberte creído, me equivoqué, y es algo que no podré perdonarme, he dejado que veas su cuerpo, lo siento.

Daniel dejó de llorar, mirando a Liam con pena y tristeza.

—Mira, ya no puedo cambiar lo que hicimos, es tarde, así que haz el favor de aceptar y asimilar que está muerto, por ti, por mi y por tus amigos.

Liam puso sus manos para que Daniel saltase, pero no lo hizo.

—¡¡Daniel joder!!, ¡Ya lo has visto!, ¡Está muerto!, todo estaba en tu mente, y si no olvidas a Jack, te volverás loco, más de lo que ya estás, ahora, deja de comportarte como un niño y salta para salir de aquí.

Daniel lo miró, sorprendido.

Liam volvió a inclinarse para que Daniel se apoyase y saltase, Daniel, con duda, miró a Liam, que ya no lo veía de la misma forma, se sintió mal, corrió y saltó, Liam le empujó y se agarró arriba. Después de ayudar a Liam a saltar, los dos chicos cogieron su bicicleta y monopatín y comenzaron a andar.

Liam estaba callado, Daniel lo miraba a veces, podía ver que estaba enojado.

—Lo siento, yo es que..., de verdad creí que estaba vivo y verlo ahí, no..., no puedo quitarlo de mi mente, quiero olvidar, quiero..., quiero despertar y no recordar nada.

Liam caminaba sin hablar.

—Siento lo que te dije antes, en la tumba, estaba alterado, lo siento Liam, no lo pensaba realmente... —Daniel intentaba disculparse.

—No, Daniel, no me gusta que mientas, ya lo sabes, sí lo pensabas, y no pasa nada, tú sigues enamorado de un fantasma, así que..., cuando lo hayas olvidado, cuando realmente hayas olvidado a ese fantasma, me avisas, mientras tanto, seremos amigos, no intentaré nada más contigo, necesitas tu espacio, lo comprendo.

Daniel se quedó callado, los dos hicieron el resto del trayecto a pie, al llegar a casa, Daniel miró la hora, casi las tres y media de la madrugada, dormiría poco más de tres horas, si es que dormía.

En el Instituto, por la mañana de ese mismo día...

—¿Y esas ojeras? —Tommy se puso al lado de Daniel, que caminaba cabizbajo.

El secreto de JackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora