Capítulo 7 - Andy & Yeray (corrigiendo)

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El secreto de Jack - Capítulo 7 ''Andy & Yeray''

Algunos rayos de luz entraban por la ventana, que aunque estaba tapada con la cortina no podía evitar que éstos entrasen por los lados, Daniel se incorporó, estaba en casa de Jack, no se acordaba, miró a su lado y Jack no estaba.

Escuchó unos pasos venir hacia la habitación, se recostó haciéndose el dormido, quien fuese entró al cuarto y abrió el armario, Daniel entreabrió los ojos y pudo ver a Jack, estaba con una toalla en su cintura, pero lo que más le llamó la atención fueron una pequeñas marcas en su espalda, en la parte de abajo, y alguna arriba, parecían arañazos e incluso pudo ver algún moratón, Jack se quitó la toalla, cayendo ésta al suelo, Daniel se puso rojo y volvió a cerrar los ojos, su corazón latía muy fuerte y le costaba respirar.

Jack hacía ruido en el armario, al parecer con la ropa, Daniel volvió a entreabrir sus ojos, Jack estaba con un pantalón y se ponía la camiseta, Daniel volvió a cerrar los ojos, Jack acercó sus pasos a Daniel, notaba su respiración cerca, los labios de Jack se posaron en la mejilla de Daniel.

Daniel sentía su cuerpo arder, no tenía explicación lo que le pasaba, era como cuando tenía fiebre, Jack se apartó y se fue de la habitación, Daniel no se atrevió a abrir más lo ojos, se quedó así, tumbado, agitado, muy agitado. Se durmió.

—¡Despierta dormilón! ¡Son más de las diez! —la voz de Jack despertó a Daniel, éste traía un balón de fútbol y lo que parecía un bocadillo—. ¡Es sábado! Voy a salir al parque con unos amigos a jugar, ¿Te vienes? Aunque antes deberías desayunar, mira, te hice un bocadillo para el camino.

Jack le lanzó el bocadillo.

—Te espero fuera, ¡No tardes! —Jack se alejó y se escuchó de fondo la puerta cerrarse.

Daniel se levantó y se cambió de ropa, se quitó el pijama y se puso la suya, en el cesto vio la ropa de Jack, en ella habían unos bóxer verdes oscuros, Daniel los miró, acercó su manos y los cogió con temor. Su tacto era suave y aún podía sentirlos calientes. Entonces se escuchó ruido en la casa, dejó los bóxer de Jack en el cesto corriendo con miedo.

Salió del cuarto y caminó por el pasillo, el padre de Jack estaba en la cocina de espaldas, parecía tararear una canción en voz baja mientras preparaba lo que parecía la comida. El padre se dio la vuelta y vio a Daniel ahí parado.

—Hombre, el pequeño de la casa se despertó. —el padre lo miró con una sonrisa, llevaba puesto un delantal—. He llamado esta mañana a tu madre, se pasará a recogerte después de comer, así que no te preocupes, ¿Vale?

Daniel afirmó con la cabeza.

—Ah, toma. —el padre de Jack abrió el frigorífico y sacó dos latas de refrescos de cola frías—. Toma, para que os la toméis por el camino, no volváis tarde.

Daniel cogió las latas y el padre siguió con lo suyo, escuchó fuera el balón botar, Daniel salió de casa de Jack y pudo verlo con dos chicos más jugando, tímidamente se acercó hasta ellos.

—¡Por fin! ¿Y eso? —Jack se acercó a Daniel y cogió una de las latas, después se la pasó a uno de sus amigos.

—Venga, que se hizo muy tarde. —dijo Andy, era el chico que estaba detrás de sus pupitres en clase, un chico de pelo castaño y ojos oscuros, de estatura similar, el otro chico, que después recordaría que se llamaba Yeray, era rubio con el pelo un poco ondulado y ojos azul claros, sus ojos le llamaban mucho la atención.

Los chicos fueron al parque y comenzaron a jugar en la zona donde había una pequeña pista de fútbol, habían muchos chicos jugando y corriendo por el parque acompañados de varios adultos, el sol pegaba con fuerza y comenzaba a hacer calor.

El secreto de JackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora