Capítulo 26 - Morir de amor (corrigiendo)

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El secreto de Jack - Capítulo 26 ''Morir de amor''

Daniel posaba en el suelo unas flores rojas, el color favorito de Jack, las dejó en su tumba.

''Hoy es tu cumpleaños, amor, te hice un dibujo, mira. —Daniel lo abrió y se lo enseñó a la tumba—. En él vamos en un coche rojo de carreras, conduces tú, claro, a mi siempre me dio miedo''.

Daniel sonrió con los ojos lagrimosos y dejó el dibujo debajo de las flores, se alejó y se puso junto a Kenny, Tommy y Yeray.

Los chicos permanecieron en silencio, con tristeza.

—Bueno, será mejor que volvamos, está empezando a nevar. —Kenny con sus manos movió a Daniel, que con la cabeza agachada caminaba hasta el coche de Roland.

—Venga, os llevaré a casa. —dijo Roland con pesar.

Por el camino nadie hablaba, Kenny iba delante con Roland, el tío de Jack, Daniel estaba sentado detrás del conductor, a su lado Yeray, y por último Tommy.

—Bueno, pronto acabarán las vacaciones y continuarán las clases, ¿Cómo las lleváis? —el tío de Jack, Roland, intentaba animarlos.

—Cierto, chicos, tras las vacaciones de navidad volverá la normalidad, debéis esforzaros. —Kenny intervino.

—Yo lo tengo difícil, voy atrasado en muchas materias... —Yeray sonaba triste.

—Yo voy bien. —dijo Tommy.

—Claro, porque te ayudo yo, ceporro. —Kenny sonrió.

Daniel permaneció en silencio.

El colegio volvió y el tiempo pasaba, lo más duro era ver el asiento de Jack vacío, ya habían pasado dos meses de lo ocurrido, de la muerte de Jack, Daniel faltó mucho a clase e iba muy atrasado.

Llegó Abril y el frío daba paso a temperaturas primaverales, Daniel con el paso del tiempo asimilaba la muerte de Jack, aunque no dejaba de pensar en él, cada noche, lloraba hasta dormirse.

Y así, pasaron las semanas y todo iba con normalidad de nuevo, Daniel comenzó a sentarse en el pupitre de siempre, y no dejaba que nadie más se sentase a su lado, no quería que nadie ocupase el asiento de Jack.

Sus amigos, aunque se seguían juntando con él, nunca lo volvieron a escuchar hablar, la última vez que lo hizo fue con Yeray, pero solo éste lo sabe, a veces afirma con la cabeza o mueve los hombros, Daniel se volvió muy distante y frío, se centraba en los estudios, apenas salía de casa, sus amigos intentaban que saliera, pero dejaron de hacerlo con el tiempo.

—Yeray, me temo que este año repetirás curso. —la profesora se dirigió desde su mesa a Yeray, que miraba con ojos vidriosos.

—No profesora, me esforzaré, de verdad, lo haré. —dijo Yeray.

—Lo siento, necesitas un milagro y tendrías que aprobar todo lo que queda, así que nos veremos el año que viene de nuevo aquí.

Daniel se fijó como Yeray bajaba la cabeza, triste, tocó la sirena y los chicos salieron camino a sus casas.

Tommy, Alan y Daniel caminaban juntos.

—Vale, ¡Pues si quieres vamos ahora y lo probamos! —dijo Tommy.

—¿Te vienes a probar el videojuego nuevo, Daniel? —preguntó Alan.

Daniel sin mirar negó con la cabeza, desde la muerte de Jack, dejó de hablar de nuevo y de escribir notas, vivía sin vivir.

—Bueno, si cambias de opinión estaremos en mi casa, venga, ¡Nos vemos mañana! —Alan se despidió

—Daniel, venga anímate, necesitas volver a ser el que eras antes, hablar más, integrarte un poco... —Tommy intentó animarlo en vano.

El secreto de JackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora