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—¿Cómo sabemos que esto no es una trampa?— Preguntó Serena mientras Aiden entraba en la casa de los McCall con Stiles en brazos.
—Tendremos que tener la esperanza de que no lo sea, o por lo menos pensar que es el momento perfecto para traerlo de vuelta.— Dijo Scott mientras seguía al Omega, haciendo que Serena asintiera dándole la razón a su hermano, nunca más iban a tener una oportunidad tan buena como aquella.
—Chicos, esto es una locura. Tendría que estar en el hospital.— Intervino Melissa creyendo que allí no iban a poder hacer nada por el humano.
—Mamá, ¿recuerdas lo que pasó la última vez que estuvo en el hospital?— Preguntó Serena, recordando que no sólo pasó lo del hospital, sino muchas más cosas.
—No parece que esté sangrando, creo incluso que podría estar curandose.— Comentó Deaton mientras examinaba la herida que tenía Stiles en el abdomen.
—¿Se cura como nosotros?— Preguntó Aiden sorprendido y al mismo tiempo confundido.
—Eso es bueno, ¿verdad?— Alegó Scott creyendo que aunque estuviera herido, la curación evitaría cualquier pérdida.
—Para él sí.— Dijo Deaton. —¿Para nosotros? No estoy tan seguro.— Añadió mirando a los mellizos, los cuales volvieron a mirarse.
—¿Y que vamos a hacer con él?— Preguntó Serena sin saber muy bien cómo iban a traer de vuelta a Stiles.
—Yo propongo que lo matemos.— Sugirió Aiden haciendo que todos le mirasen de mala forma.
—¿Qué? No.— Negó Lydia.
—Sino le vamos a matar, propongo que lo atemos con cadenas, grandes.— Sugirió, haciendo que Serena y Deaton se mirasen.
—Puede que tenga algo más eficaz.— Sugirió Deaton sacando de su maletín un frasco, del que extraño un líquido traslúcido que le dio a Stiles, al mismo tiempo que este se despertaba y agarraba a Aiden del cuello.
—Haz que me suelte.— Pidió el chico, justamente cuando aflojaba su agarre y miraba su mano, dándose cuenta de que estaba sucediendo.
—Veneno de Kanima, bien jugado.— Rió mirando al veterinario, pero sabiendo que había algo más en la fórmula.
—Mezclado con un poco de veneno de Zilant.— Añadió Deaton, haciendo que Serena sonriera orgullosa. Puede que su veneno no fuera paralizante, pero podía ser una sustancia muy tranquilizante.
—Sabes que dicen que los gemelos sienten cuando el otro tiene dolor. No has perdido ese talento, ¿verdad? Espero que no, vas a necesitarlo.— Explicó Stiles mirando a Aiden, mientras este miraba a los mellizos confundido. —Vale, te daré una pequeña pista, Ethan esta en el instituto.— Añadió con diversión.
