Caravana Corazón de Dragón

Capítulo 25

Querubín se sentó entre Fred y George, esperando con impaciencia que comenzara el espectáculo. Nunca había estado en la carpa grande, y cuando la luz se apagó, Querubín jadeó y agarró a los dos gemelos. Comenzó una música lenta y profunda. Querubín agradeció cuando Fred y George se deslizaron más cerca, mientras formas extrañas se movían por el escenario. Algo plateado brilló en el fondo, y cuando las luces se encendieron, Querubín estaba con los ojos muy abiertos viendo a Adonis rodar hacia el medio del piso. ¡Estaba dentro de una gran rueda plateada! Querubín observó con asombro cómo Adonis podía hacer girar, girar y rodar la rueda a sus órdenes. Era hermoso, y parecía muy divertido. Todos aplaudieron cuando terminó, y un grupo salió a hacer una rutina de malabares con música alegre. Había tantas bolas volando por el aire que Querubín no sabía dónde mirar. ¿Cómo pudieron hacer eso?

La música volvió a cambiar, esta vez suave y delicada. Un foco iluminó a Ria, que estaba de pie sobre un cable delgado en el aire. Querubín, sintiéndose asustado, agarró a los gemelos de nuevo.

– Silencio ahora, la hemos visto hacer esto antes – Susurró George tranquilizadoramente.

– Oye amigo, no te preocupes, ella estará bien – Estuvo de acuerdo Fred. Querubín asintió y relajó su agarre, pero no los soltó. Simultáneamente los gemelos se movieron para poder sostener las manos de Querubín entre las suyas.

Pronto, Naveen se unió a Ria en el cable y saltaron, se equilibraron, saltaron la cuerda y, oh, Dios, montaron en un monociclo. Querubín aplaudió ruidosamente y respiró aliviado cuando bajaron.

Música salvaje llenó el aire cuando tres payasos subieron corriendo al escenario. Querubín y los gemelos se rieron tan fuerte que se estaban abrazando. Cuando los payasos se fueron, la música siguió siendo la misma y Freja salió con un montón de hula hoops. Uno por uno, Freja hizo girar los aros alrededor de su cintura, brazos, piernas y cuello. Al final debe haber habido una docena de aros girando sobre ella. ¡Querubín no podía imaginarse cómo podía controlar todos esos aros!

Los payasos tocaban a lo largo del borde del escenario mientras se colocaban cinco postes altos de madera en el suelo. Una música ligera y juguetona llenó el aire, y Querubín aplaudió cuando Soto, Adonis y Vincent junto con Dario y Luca, dos de los tres hermanos italianos que se quedaron con ellos, salieron e inmediatamente comenzaron a trepar por los postes. Subieron sin esfuerzo por la madera lisa, andando de puntillas hasta la cima y luego deslizándose hacia abajo de nuevo. Querubín, Fred y George miraban con la boca abierta mientras subían los postes usando solo sus brazos. Luego se subieron boca abajo y juntos saltaron de un poste a otro.

– Maldita sea, son fuertes – Murmuró George, recibiendo un golpe en la cabeza de su madre. Tanto Fred como Querubín murmuraron su acuerdo sin apartar la vista de los hombres.

Elena actuó a continuación, envolviendo su cuerpo alrededor de sí mismo con tanta fuerza que Querubín se preguntó cómo podía respirar. Después de más payasos, un acto de saltar la cuerda, increíbles acróbatas y Naveen rodando sobre una enorme pelota, Mudiwa y Vincent subieron al escenario. Las luces estaban completamente enfocadas en los dos hombres y la sensual música de guitarra clásica llenaba el aire. Juntos se equilibraron entre sí, moviéndose lentamente y con tanta fuerza que era impresionante.

La Sra. Weasley sonrió con indulgencia mientras su prole y Querubín repetían en voz alta cada momento de la actuación. Todos caminaron hacia una parte vacía del campo donde un gran montículo de madera esperaba ser encendido cuando caía la oscuridad.

– Muy bien, ahora cálmense. Su padre y yo vamos a fortalecer todos los hechizos en los autobuses y el equipo. Espero que todos jueguen bien y no se metan en problemas. Una vez que terminemos, nos acercaremos la casa y recoger la comida para la cena. Deberíamos terminar en una hora. Bill, Charlie, Percy, espero que vigilen a los más jóvenes. Fred y George, espero que se comporten –