Capítulo 38

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14 de junio de 1988. Sennen, Inglaterra

Gabriel se despertó con el sonido de las olas rompiendo en la orilla, sonriendo se estiró pensando en lo que iba a hacer hoy. Su sonrisa se desvaneció al recordar todo lo que había sucedido la noche anterior. Suspirando profundamente, Gabriel se sentó.

– ¿Qué pasa, pequeño maestro? – Siseó Aurora, ahora de dos pies de largo y alrededor de tres pulgadas. Todavía era hermosa: las escamas negras brillaban, destellando pequeños arcoíris cuando la luz golpeaba sus escamas. Se había convertido en una confidente cercana y una amiga de confianza. Siseaba advertencias, contaba chistes y daba muy buenos consejos.

– Anoche recibí muchas malas noticias – Siseó Gabriel, y procedió a contarle a Aurora todo lo que había sucedido.

Aurora se deslizó hasta Gabriel y se envolvió alrededor de su cuello. Levantando la cabeza, acarició su mejilla mojada.

– Lamento que haya sido una noche difícil para ti. Sé que extrañarás a Luca y Freja, pero también sé que quieres que sean felices – Aurora hizo una pausa, esperando que Gabriel asintiera. – En cuanto a ser Harry Potter, sabía que tendrías que luchar contra la oscuridad. El baúl y yo hemos estado esperando por "el de los cuatro" durante mil años. Antes de ir, déjame preguntarte, ¿tenían razón tus padres? ¿Has sido feliz y despreocupado? ¿Sientes ahora el peso de tu destino? –

La frente de Gabriel se arrugó, ahora sentía una carga que no había sentido antes. Levantando la mano, comenzó a acariciar su suave cabeza.

– Sí, lo entiendo; fueron capaces de darme unos años de infancia sin preocupaciones –

– Creo que es un regalo muy preciado –

Gabriel sonrió; era cierto que atesoraba mucho estos últimos años. Papá y Baba le habían dado un álbum de recortes la noche anterior lleno de todos los recortes de periódicos que pudieron encontrar sobre sus padres y la noche en que habían muerto. Quería compartirlo con Aurora, pero primero.

– Parece que es un momento para contar secretos. ¿Me dirás el tuyo ahora? Todas las demás serpientes hablan de manera diferente. No dicen "padre", dirían "compañeros de nido"... tu forma de hablar es muy parecida a la mía. Cualquier otra serpiente habla más quebrada, y a veces tengo que averiguar qué significan –

Aurora hizo una pausa por un momento y luego miró el cofre que Salazar le había dejado cuando murió; estaba abierto.

– Soy una serpiente mágica, pasé más de cien años con Salazar Slytherin. Simplemente soy una serpiente mucho más grandiosa que todas las demás –

Gabriel se rio.

– ¡Eres tan modesta! –

– Bueno, si uno no puede decir la verdad, ¿adónde va el mundo? – Ella siseo juguetonamente. Decidió que era hora de que ella le dijera: El baúl está abierto –

– ¿Son más malas noticias? –

– No, te ayudará a encontrar tu destino; no te preocupes, estoy aquí para ayudarte –

Gabriel suspiró y caminó hacia el baúl. Arrodillándose, abrió la tapa. En su interior había varios libros, y encima un viejo pergamino amarillento. Con cuidado, recogió el antiguo pergamino. Sentándose en el suelo, lo desenrolló con cuidado. La caligrafía era hermosa, fluía y giraba por la página. Desafortunadamente, Gabriel no pudo leerlo.

– No puedo leerlo, ¿es seguro abrirlo? –

– Sí – Siseó Aurora.

Gabriel respiró hondo y lentamente dejó caer sus escudos y cerró los ojos. Empezó a formarse una imagen, un hombre inclinado sobre un escritorio grande, en lo profundo de un castillo, su pluma de ave se movía con cuidado sobre el pergamino. El cabello largo y negro fluía sobre sus hombros. La habitación estaba decorada en negro con acentos verdes y plateados. Gabriel se giró cuando escuchó un suave siseo; una Aurora mucho más grande estaba acurrucada por el fuego. Gabriel abrió los ojos y miró la carta, ahora capaz de leerla.

Caravana Corazón de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora