La oscuridad fue lo ultimo que vi, también es lo primero que aparece cuando no puedo abrir mis ojos, puedo sentir como son obligados a estar cerrados por una tela, al igual que mi boca está amordazada y el sonido de llantos inunda mis oídos, los cuales están alerta a cualquier indicio de peligro. El movimiento inestable y los golpes metálicos me demuestran estar en una camioneta, en mi mente, repito el momento en que me raptaron.
Al final, no pude salvarme.
Intento quitarme las vendas en mi cara, pero mis manos están amarradas a mis espaldas, mis rodillas y mis tobillos también son presos de cinta adhesiva resistente, agregándole a mi mala suerte, estoy débil, me siento cansada y apenas logro mantenerme en mi plan de soltarme. Vuelvo a recordar, aparecen un par de ojos esmeralda, viéndome a través de la oscuridad, mientras yo soy totalmente sumisa de su esplendor, deseando poder acariciar esa piel blanca.
Dierik Hale me hechizó.
— Saquen a la mercancía — ordena una voz rasposa y todas lloran.
— A la orden — dice una voz masculina cerca de mi oído, pero su ironía me suena más de amenaza.
Gritos y llantos.
Me niego a soltar una lágrima, pero mi cuerpo y mi alma me traicionan cuando ya estoy derramándolas, me toman de los tobillos y me jalan, golpeándome la cabeza por la sorpresa y luego me cuelgan al hombro, su clavícula hundiéndose en mi abdomen. Escucho el crujir de la madera, supongo que estábamos dentro de una casa, el olor es diferente y los llantos se incrementan, estoy igual de destrozada que las otras chicas que gritan por libertad, solo que me rehuso a darles gusto de verme en ese estado.
Me tiran al suelo.
— Bienvenida a tu nuevo hogar, perra — el responsable, de mi traslado de la camioneta a este asqueroso lugar, me quita la cinta de mis manos.
Me libera el resto de mi cuerpo.
— ¡Son unos bastardos! — grita una mujer cerca de mi — ¡ellas son solo unas niñas!
Entonces quitan las vendas de mi cara.
Las luces son tenues, pero aún así iluminan lo suficiente como para ver a muchas mujeres de diferentes edades encadenadas a paredes de adobe, tiradas en el suelo sucio y con lodo, algo que me deja sin aire es que están desnudas, cierro rápido mis ojos, ¿qué clase de escena tan aterradora es esta?. Vuelvo a abrirlos cuando golpean mi pierna, una chica de aproximadamente 20 años, intenta correr a la puerta que aún está abierta, pero es en vano su esfuerzo, los hombres que seguían adentrando a las secuestradas la vuelven a atrapar, poniendo en sus muñecas dos cadenas.
Ya todas adentro, se van cerrando con llave.
— Tranquila — me dice la misma mujer que oí gritar hace un rato — solo no contradigas nada.
— ¿Qué nos harán? — llora la chica que intento huir.
— Depende de muchos factores — los ojos opacos de la mujer me dejan con miedo — ¿son vírgenes?
— Yo no — balbucea mi compañera de dolor.
¿Qué es eso?
No observo en ningún momento a las mujeres que no tienen ropa, por respeto hacia ellas y hacia mi, aunque la mujer que está frente mía y hablándonos tampoco tiene nada que cubre su cuerpo, entonces me enfoco totalmente en sus ojos o, como ahora, solo miro al suelo. ¿Virgen?, nunca he oído eso, solo sé que se le llama así a la mamá del niño Jesús, en ese caso no, no soy virgen.
La mujer sigue esperando mi respuesta.
— No sé que es eso — murmuro aún viendo el suelo.
— ¿Has tenido relaciones sexuales con algún chico? — pregunta ya un poco más calmada la chica.
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Atracción
RomanceLa chica con androfobia y con los padres más estrictos del pueblo, seguirá con su vida monótona y con reglas... pero todo cambia cuando lo conoce a él. Alesara seguirá intentando ser la hija perfecta hasta que una catástrofe haga que su curiosidad...