19. Asunto pendiente

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Comer se me ha hecho una tarea fácil, nunca pensé que seria un grave problema al momento de tener a un chico atractivo delante de mi, es como si me diera vergüenza, aunque eso no evita que ingiera el último bocado; la comida italiana ha sido deliciosa, quizá la hubiera disfrutado todavía más si Dierik no me pusiera los pelos de punta.

Él ríe luego de dejar su refresco.

— ¿Nunca has estudiado en una escuela mixta? — su pregunta no me sorprende.

— No, empecé hasta que llegué a la universidad — dejo el plato a un lado — fue... extraño al principio.

— Si tus padres no te metieran todas esas mierdas sobre los chicos, no les tendrías miedo.

— Dafne dijo que es verdad — frunzo el ceño — me confirmo que los hombres matan y lastiman.

También deja a un lado el plato vacío.

— Sí, es verdad, pero es tu decisión si darles la oportunidad de lastimarte — se apoya en la mesa.

— Soy mala para saber quién quiere lastimarme y quien no — me acomodo mejor en la silla — por eso prefiero mantener a todos alejados.

— Excepto a mi — sonríe con orgullo.

— Excepto a ti — asiento igual de sonriente pero confundida.

¿Por qué él?

Me pongo de pie para recoger los platos sucios, sin embargo, quedo sorprendida y maravillada cuando Dierik también me ayuda, haciendo la mayor parte del trabajo él, mientras yo limpio la mesa, él se encarga de lavar los trastes; en mi casa, mi madre ha ordenado que siempre lo haga yo, toda la limpieza, sin ayuda de mi padre ni el de ella, claro que hay días que solo lavo los míos y el resto de las tareas domésticas lo hace ella.

Es por mi educación, supongo.

— ¿Por qué escogiste ser abogada? — deja el último plato limpio.

— Me gusta la justicia, aunque me aterra estar delante de tanta gente — sonrío por lo irónico — pero he mejorado eso en los últimos años.

— Con practica mejorarás aun más — se apoya en la mesa — pero para eso debes socializar con hombres y mujeres.

— Yo... — empiezo a negar ante la idea de estar junto a chicos.

Dierik ríe.

— Iras mejorando con el tiempo tu trauma también — sonríe y yo suspiro — ¿qué estudia Fernanda?

— Relaciones internacionales — él asiente a mi respuesta — ¿por qué?

— Curiosidad — se encoge de hombros y se acerca a mi — me sorprende que Dafne tenga amigas.

— Nos ha comentado un poco de lo que ha sufrido — asiento recordando el momento en la cafetería — es una gran amiga.

Él asiente y suspira.

— Vamos, debo llevarte a casa — comenta cuando toma las llaves y su celular suena por tercera vez — ¿diga?

Pide el ascensor y esperamos.

— ¿Ya diste la orden? — pregunta y entra junto a mi — perfecto, vigila bien los pasos de Braulio, no quiero sorpresas.

Cuelga y las puertas se cierran.

Ya no pregunto nada sobre Braulio, me es cómico ver a Dierik así de tranquilo, como si fuese algo normal para él atrapar a un delincuente mundial. Repaso todo lo que hemos vivido en este día, dí mi primer beso y fue increíble, dormí con un chico y no fue tan malo como mis padres dijeron; claro que eso es por quien es él, solo con Dierik Hale podría sentirme cómoda, llegamos al estacionamiento del edificio.

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