Me tomé mi tiempo, después de que se fuera John, camine al estacionamiento trasero del restaurante para desahogarme y así evitar las miradas de todos los ciudadanos que pasaban por ahí, entro por donde vi que mi ángel me sacó la primera vez, los cólicos torturándome nuevamente. Paso mis manos por última vez bajo mis ojos y así limpiar la evidencia de mi llanto, la falta de música a todo volumen me hace fruncir el ceño, ¿ya se habrán ido?, al llegar al salón donde está la fiesta entiendo el silencio.
Él está aquí.
- ¡¿Cómo mierda se te ocurre dejarla sola, Dafne?! - su grito se escucha por todo el lugar e ignora mi presencia porque esta de espaldas.
- Ale - Abraham deja su celular a un lado y corre hacia mi - ¿estás bien?, ¿dónde estuviste?
No puedo contestarle.
Mis manos empiezan a temblar al verlo caminar hacia acá con su furia, no me sorprendo que me tome de la mano y me regrese por donde he venido, tampoco digo nada cuando salimos al estacionamiento en el que estuve hace unos minutos. No nos siguieron, tal vez estar sola con él y su enojo sí me esté incomodando demasiado o quizá es porque los cólicos están volviendo hacer estragos en mi.
Presiono mi mano en mi vientre.
- ¡¿Dónde carajos estuviste?! - grita Dierik alejándose de mi y caminando de un lado a otro - ¡si te doy un puto celular es para que contestes, Alesara!
- Dierik... - una mueca de dolor se me escapa pero él la ignora.
Está realmente furioso.
- ¿Qué pasó con tu vestido? - se me acerca tomándome con fuerza de los brazos y, ahora sí, viéndome de pies a cabeza - ese no es el vestido que tenías puesto cuando te traje.
- Me lastimas - no sé si se lo digo al chico frente mía o a mi cuerpo, pero yo empiezo a llorar - no tienes derecho a regañarme, no puedes hacerlo cuando decidiste irte con otra.
Sí, me enfrento a él.
- ¡¿Irme con otra?! - me empuja muy suave hacia atrás, hasta que mi espalda choca contra una pared fría por la noche y él queda frente mía ‐ ¡¿dónde estuviste?, dímelo, Alesara!
‐ ¡Die! ‐ Dafne viene tambaleándose hacia nosotros - por Dios, suéltala. Mira como la tienes.
- Sin duda esta mejor de lo que yo estuve en la última hora, buscándola - sus ojos verdes no dejan los míos pero contesta con toda su rabia a su hermana.
- No, Die - mi amiga parece volver a la sobriedad por unos breves segundos mientras yo vuelvo a hacer una mueca de dolor e inclinándome un poco al frente, alejando a Dierik en el proceso - ella no está bien.
Es entonces cuando ya no hay gritos.
La tensión del ambiente ha cambiado, pero no para bien y quizá no todos lo notaron, pero yo tengo un leve mareo, provocando que pierda el equilibrio. Creí que caería al suelo, pero no. Un chico de ojos verdes me ha salvado otra vez, sin embargo, que me tenga aferrada de la cintura y yo de sus brazos no disminuye el inmenso dolor que me aniquila. Nunca, jamás, en los siete años que llevo con este compañero de naturaleza femenina, me había dolido tanto como hoy.
Ya ni fuerza en las piernas tengo.
- ¿Alesara? - Dierik aparta mi cabello de mi rostro - estás pálida, ¿estás bien?, ¿te hicieron algo?
- ¿Ale? - Dafne se acerca un poco, solo un poco más estable que cuando llego aquí al estacionamiento.
‐ Me duele mucho - es lo único que susurro haciendo presión en mi vientre.
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Atracción
RomanceLa chica con androfobia y con los padres más estrictos del pueblo, seguirá con su vida monótona y con reglas... pero todo cambia cuando lo conoce a él. Alesara seguirá intentando ser la hija perfecta hasta que una catástrofe haga que su curiosidad...