Las astas dando vueltas, vueltas y más vueltas, el sonido del motor siendo más ruidoso de lo que esperaba y de lo que aparentaba estando a varios kilómetros por encima de mi casa cuando los veía de niña. No reconozco el chico que me carga, de hecho, he intentado pedirle que me suelte pero no logro formular una palabra sin quejarme y jadear. Creí que me bajarían aquí, pero nadie baja, solo suben más personas, tres en realidad, solo tres suben y el helicóptero vuelve a ascender por los aires.
Abraham se acerca a mi.
- Ale, vas a estar bien, ¿si? - aparta mi cabello mojado de sudor de mi cara.
- Vamos, linda - John mantiene su distancia pero noto que le urge acercarse - resiste.
- ¿Cómo está? - su voz... me obliga a abrir mis ojos con más ganas y buscarlo con todas mis únicas fuerzas.
- Grave, Ser, no sabemos si perforó algún órgano vital.
Pero cierro los ojos cansada.
Necesito alegarle a quien me esta moviendo por causarme un dolor inmenso, pero cuando abro los ojos y veo el porqué el movimiento quedo tranquila. Dierik se ha sentado junto a la camilla que me han puesto, ni cuenta me di en que momento llegué aquí. Seguimos en el helicóptero pero ahora son el dueño de unos ojos verdes el que cuida de mi, acaricia mi cabello y, aunque me duela, también presiona donde siento que hay una fogata en todo su esplendor.
Hago una mueca y me quejo.
- Sé que te duele, mi niña - noto un poco de preocupación en su voz pero también una indiferencia que me entristece - pero necesitamos detener la hemorragia.
- Ya llamé a Clear, nos estará esperando con equipo listo en el helipuerto - John guarda su celular.
Un sueño indescriptible me invade.
- No, Ale - Abraham se acerca más a mi, quedándose a un lado de su amigo - no nos dejes, no cierres tus ojos.
- Pero... tengo... sueño.
- Lesa, niña, no duermas - me ordena Dierik y lo intento, de verdad que lo intento - maldición, ¡¿cuánto falta para llegar a la Torre?!
- No mucho, Ser, unos tres minutos.
Simplemente no puedo, me rindo.
"Mi madre y yo hemos ido de compras, ¡solo ella y yo!, me gusta pasar tiempo con ella porque así puedo demostrarle que puedo ganarme su orgullo y amor. Salimos del supermercado mientras ella habla por teléfono, parece molesta pero no la interrumpo, sería peor y así nunca podré ser la hija que ella quiso. Voy jugando con mi propia imaginación hasta que llegamos al carro, ambas empezamos a ordenar las bolsas pero mi madre ha empezado a gritar.
Empiezo a asustarme.
- ¿Y crees que fui yo? - ha vuelto a bajar la voz - no sabes cuantas veces me imagine acabar con la vida de la culpable de mi desgraciada existencia, pero no, no fui yo.
- Mamá - le muestro que no alcanzo las bolsas de al fondo pero ella misma lo hace.
- Sí, sí admito que lo desee, pero no fui yo, ¿te queda claro o lo deletreo? - cuelga y cierra la cajuela del carro - quédate aquí, Alesara.
- Esta bien - acato la orden por su notoria furia.
Me quedo completamente quieta.
Veo que mi madre fue a dejar el carrito de compras, yo juego con el zipper de mi suéter, hasta que escucho llantas rechinar y una camioneta negra queda frente a mi, pensé en correr pero mi madre me dijo que me quedara aquí. Y así lo hice. Y así fue como dos hombres me toman a la fuerza, uno de ellos callando mi grito cuando entramos a la camioneta. Aceleran tan rápido que siento que chocaremos, sigo gritando en busca de mi madre pero ellos me tapan la boca con un trapo.
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Atracción
RomanceLa chica con androfobia y con los padres más estrictos del pueblo, seguirá con su vida monótona y con reglas... pero todo cambia cuando lo conoce a él. Alesara seguirá intentando ser la hija perfecta hasta que una catástrofe haga que su curiosidad...