"He crecido con una mujer que no siente nada, o al menos eso me hace entender. Nunca me abrazaron, ni me sobaron la cabeza, mucho menos me cuidaban con tanto amor. Por eso no sé qué hacer cuando Diana llora, abrazada a mi, como si yo fuese un recuerdo de algo especial para ella. Me baja al suelo, se agacha a mi altura y suspira limpiándose las lágrimas. No me mira a los ojos, pero sé que necesita hacer algo más.
Yo tomo su rostro lindo entre mis manos.
- No nos iremos, ¿verdad? - sonrío.
- Tú sí, yo debo detenerlos - ríe y acaricia mi cara - debo proteger a mi hijo.
- No puedo dejarte aquí.
- Eres igual a tu madre - arregla mi cabello y vuelve a reír - muy obstinada.
Mira a nuestro alrededor.
Se endereza y mientras me platica el plan, saca a los dos hombres del carro. Admiro su fuerza y me fascina ver como mi heroína trabaja, quiero ser como ella, quiero salvar vidas y emanar esa seguridad. Ella sube de piloto, yo de copiloto y los cuerpos de los hombres atrás. Es incómodo, ver la sangre y olerla, pero no me da miedo, me da curiosidad. Diana sigue hablando del plan mientras conduce y yo solo asiento a las claras instrucciones.
Entonces veo un arma en el suelo.
- ¿Cómo se llama él? - señalo al hombre que, al parecer, era el líder de todo esto.
- Se llama Ivan Levis, recuerda ese nombre, princesa.
Yo asiento viendo su tatuaje.
Un árbol sin hojas y con raíces extendiéndose en la mayor parte de su brazo. Pero el árbol está en su muñeca, curioso, muy bonito a decir verdad. La tierra árida se extiende por varios kilómetros, no se observa ni un alma en pena cerca, la casa en mal estado y los siete hombres son lo único que está en ese territorio con el sol en su perfecto punto. El motor del carro, alerta al grupo varonil, todos se colocan en posición de batalla con sus pistolas en mano, listos para disparar.
Pero se relajan y Diana sonríe al ver eso.
- Es el jefe - asegura uno de ello mientras nos quedamos estacionadas frente a la casa.
- Al fin, demostremos lo que hemos logrado, vamos - dice con orgullo uno de ellos, pensando que su jefe va a felicitarlos por atraparnos.
Sus compañeros están igual de emocionados.
Se acercan al vehículo con seguridad, un par de ellos haciendo chistes y otros relajados. Diana prepara su arma, la cual la tomó prestada al conductor, se aseguró de que tenga suficientes balas pero por si no alcanza tiene otra de repuesto que encontró en la guantera. Cuando el líder abre la puerta del piloto para saludar a su amigo, todos se sorprenden al oír el disparo, yo incluida, y luego el cuerpo inerte del hombre.
Está muerto.
- ¡Emboscada! - grita uno de esos hombres y todos disparan al carro.
- Sujetate, Alesara - dice Diana preparándose.
El carro acelera.
Dos hombres salen volando por la velocidad del automóvil, quedando inmóviles e inconscientes, sin estar satisfecha, Diana va por su cuarta víctima y da un giro increíble mientras acelera tras el individuo que no para de disparar, cuando se queda sin balas y su única opción es correr ya es demasiado tarde, el carro también lo atropella con demasiada fuerza. La última persona consciente no hace nada, no se defiende, Diana lo mira por la ventana oscura y toma el arma.
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Atracción
RomantizmLa chica con androfobia y con los padres más estrictos del pueblo, seguirá con su vida monótona y con reglas... pero todo cambia cuando lo conoce a él. Alesara seguirá intentando ser la hija perfecta hasta que una catástrofe haga que su curiosidad...