15. Vital

584 63 0
                                    

La falta de aire vuelve a atacarme, puedo sentir como mis músculos se tensan tan fácilmente con solo su mirada tan hermosa, fue de inmediato que me arrepentí de ponerme de pie, porque corro el riesgo de caer; Dierik se acerca mientras yo muerdo mi labio inferior, dejando a un lado el dolor que me causo al tener el moretón preso entre mis dientes.

Se detiene frente mía.

— Tu madre te golpeo y encima ni se preocupó en llevarte a que te revisara un médico aquella noche, ¿sabes que eso es maltrato? — su mandíbula se tensa y yo me quito la gorra un momento dejándola en el sillón — lo único que no entiendo es: ¿por qué?

— ¿Cómo? — frunzo el ceño, viéndolo como si fuese un extraterrestre — ¿cómo lo supiste tan rápido?

— Puedo enterarme de lo que yo quiera, cuando yo quiera, tan rápido como se me apetezca, Alesara — su sonrisa orgullosa me gusta y molesta — me dirás ya lo que sucedió con tu madre.

— Pensó que estuve con un chico — bajo la mirada cuando está a centímetros de mi.

Qué difícil es mantener la mirada.

La cercanía de su cuerpo me está matando, sus manos se posicionan en mis brazos, baja y sube en toda la extensión de mi piel al mismo tiempo que da pasos al frente, haciendo que yo retroceda y choque contra el escritorio; mis manos, sin que yo pudiera pensarlo mucho, van a su torso evitando caer de espaldas en el cristal del mueble tras mía, ahora sí, viéndolo a los ojos para saber qué es lo que hace.

Esto me ha puesto aún más temblorosa.

— Luego hablaremos de tu madre — susurra pasando su mano por mi mejilla — ahora me debes mi premio.

— Y... — trago saliva intentado fortalecer mi voz — ¿qué quieres?

Espero no sea algo costoso.

— Quiero un beso — sonríe con arrogancia y yo lo veo sorprendida.

— ¿Un beso? — repito y él asiente dejando su mano a un lado de mi cuello, recuerdo a los protagonistas de la película besarse — no sé cómo dártelo.

— Es exactamente lo que más me está jodiendo la mente, niña — su voz ha vuelto a ser ronca y mi piel se eriza — tu inocencia me está enloqueciendo.

— ¿Es bueno? — pregunto milímetros de sus labios.

Siento que caeré en cualquier momento.

— No lo sé — niega suavemente y besa mi mejilla.

— Dierik — suelto en un susurro logrando oler el aroma de su perfume.

Y me pierdo.

Sus labios chocan contra los míos como si fueran lo único que buscaban en está vida, sus movimientos son lentos dándole así el golpe final a mi corazón tan desquiciado por sentir tanto; mis ojos se han cerrado pero mis otros sentidos se han activado, hago mi mayor esfuerzo para seguir a su ritmo, rozando su labio inferior para luego trasladarme al superior, su mano sigue en mi cuello mientras que la libre la posa en mi cintura, apretándome contra él, me siento tan...

Eufórica.

— ¿En serio nunca has besado? — su voz es temblorosa cuando nos separamos.

— Nunca — jadeo igual que él, aferrándome a su brazo y torso — ¿lo hice bien?

Él ríe y cierra los ojos.

— ¿Qué si lo hiciste bien? — me mira directamente a los ojos — juro que quiero volver hacerlo y nunca apartarme de ti.

AtracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora