JANE ━━ harry potter

066

✾ ‧₊˚ ‣ CAPÍTULO 66 🌙
━━ En donde jane aprende 𖧧

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A JANE LE HABÍAN DADO más de una semana para pensar en las cosas. Ocho días en realidad, que no era mucho más que los siete a la semana provistos, pero cuando llegó el noveno día, la feliz tranquilidad que se le había presentado se detuvo de manera asombrosa.

Había usado ese tiempo sabiamente, no permitiéndose preocuparse tanto cuando Flora le prometió que Harry se había unido a su padrino y amigos que se hospedaban en la sede de la Orden del Fénix. Había leído libros al derecho y luego al revés, había hecho preguntas sobre preguntas y había mirado fotos, Flora y Angela le habían contado cosas y había recibido una carta de su madre y su padre que no había hecho llorar, lo que la sorprendió mucho.

La niña sintió que debería estar más molesta por la muerte de sus padres, pero por alguna razón simplemente... no lo hizo. Ella no los había conocido, y aunque no era directamente culpa de ellos, era por ellos. Y ciertamente no era el tipo de persona que paralizara su vida solo porque se confirmara lo que siempre había sabido en la boca del estómago.

En cambio, Jane aprendería sobre el mundo del que se había alejado desde que era joven. Jane había vivido la mayor parte de los dos años antes de que mataran a sus padres, y como resultado directo de la muerte de sus padres, no había forma de que recordara nada de lo que había crecido hasta ese momento.

Entonces, ella tendría que aprender todo lo que sería de conocimiento común de otra manera.

Jane, en cuestión de días, había aprendido sobre pociones, criaturas mágicas más allá de sus sueños más salvajes, que algunas tenían la habilidad de convertir una taza de té en un jerbo y viceversa, eso era lo que llamaban Transformación. Había hierbas que no sabía que se duplicaban como ingrediente de cierta poción, hierbas que no sabía que existían. Encantamientos, hechizos domésticos que explicaban mucho sobre cómo Angela logró producir tanta comida para la fiesta.

Aprendió que los vampiros existían, al igual que los ghouls y banshees y otras cosas que habían llenado muchas de las viejas novelas góticas que iniciaron la moda de la ciencia ficción. Demonios, estaba casi completamente convencida de que algo en uno de estos libros significaba que la historia detrás del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde podría cobrar vida.

Que el Ministerio de Magia en Gran Bretaña era uno de muchos y el actual 'Primer Ministro' como tal, o Ministro de Magia, se llamaba Cornelius Fudge, lo cual, francamente, si no supiera que era un hombre tan agradable después de ver un singular copia del Diario El Profeta y su campaña en curso contra Harry y su Director, sería el nombre de libro de cuentos más maravilloso que jamás había escuchado.

Jane ahora sabía que la escuela a la que asistía Harry se llamaba Hogwarts y, como él le había dicho, estaba muy lejos de aquí, en las Tierras Altas de Escocia, y le enseñó todas las cosas que ella misma aprendería. También le dijo por qué Harry no parecía saber tanto como el 'Muggle' promedio, que era otro gran nombre para alguien que no era mago, en su humilde opinión.

Y ese fue solo el comienzo de su educación en el mundo mágico. Tenía mucho más que descubrir, y era casi innegable que sería más fácil si se involucraba más en ello.

Sus manos tiraron lánguidamente contra las páginas del libro. Volvió a leer el libro de Criaturas Mágicas, y fue lo que pareció interesarle más. Por supuesto, había algo en la herbología que tenía mucho sentido para ella, pero la idea de que hubiera diferentes seres sintientes de los que nunca había oído hablar era muy atractiva.

Al pasar la página de la sección sobre Daraliznof Freaazers (se parecían a los elfos domésticos, que aparecieron más tarde), los ojos de Jane se posaron en la tinta en movimiento que representaba a un Dementor. Casi en el momento justo, una oleada de piel de gallina apareció en sus brazos, y Jane se apresuró a tomar la taza de café que quedaba de su desayuno, envolviendo las manos alrededor de la taza que Flora había encantado para mantenerse caliente. Esa fue otra cosa increíble que pudo. Me imagino su vida sin ella ahora que lo sabía.

La puerta se abrió y, por instinto, cerró el libro de golpe. Mirando hacia arriba, Flora la miró a los ojos antes de mirar el libro. Ella no dijo nada, miró el reloj que rodeaba su muñeca y lo comparó con el reloj del abuelo al otro lado de la biblioteca.

—Jane, querida —la bruja excéntrica jugueteó con su pulsera—. Se ha adelantado: necesitábamos estar allí... hace cinco minutos.

—¿Pensé que teníamos una hora? —el agarre de Jane sobre el libro se hizo más fuerte, ya poniéndose de pie y colocándolo en el estante detrás de ella—. Pensé que teníamos edades.

—Yo también, pero la lechuza dice diferente —Flora la estaba apurando, entregándole una de sus chaquetas más gruesas para cubrir el delgado vestido de verano—. Hace frío ahí abajo —agregó como explicación—. Ahora, vamos, tendremos que ir por Flu.

Iban corriendo por el pasillo ahora, Jane poniéndose los zapatos mientras caminaban, dirigiéndose a la cocina. —¿Cuál es ese lugar de nuevo? —Jane forzó la pregunta, no queriendo hacer las cosas incómodas.

—El ministerio —la dirigió Flora, alcanzando una pequeña olla en el mostrador, tirando de la tapa—. Toma un puñado de polvo, iremos juntas. Solo agárrate fuerte, Jane, y recuerda todo lo que te dije.

La chica Everleigh podía hacer eso con facilidad, pero solo había un problema; las cosas en teoría eran mucho más aterradoras en la vida real.

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