JANE ━━ harry potter

034

✾ ‧₊˚ ‣ CAPÍTULO 34 ☀️
━━ En donde llegan invitados sorpresa 𖧧

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—AHORA DA UN PASO ATRÁS con el pie derecho —instruyó Jane, golpeando la punta de su zapato con su pie, sonriendo mientras lo hacía, uniéndose a él mientras daba un paso adelante con su pie izquierdo—. Atrás de lado con el mismo pie, y lleva tu pie derecho a tu pie izquierdo.

Harry tenía una sonrisa en su rostro cuando sus pies se encontraron una vez más y Jane aplaudió. —¡Ahí vamos! Ahora solo sigue repitiendo eso —terminó la chica Everleigh. Al regresar al césped, Flora se las arregló para hacer sonar música, y una suave melodía clásica se convirtió en música de fondo.

Jane y Harry habían estado, considerando cuidadosamente su ropa, atando los cojines a los asientos de las sillas ahora organizadas. Realmente había estado haciendo todo lo posible por ignorar la música y los pensamientos del día en que Harry le había dicho que no podía bailar.

Pero finalmente se rindió y arrastró a un sorprendido Harry a la vuelta de la esquina y fuera de la vista de Flora, anunciando su deseo de enseñarle. Había aceptado, todos los recuerdos de las lecciones que había recibido de McGonagall el año anterior para el Baile de Navidad olvidados en el caos de preparación para la segunda y tercera prueba del Torneo de los Tres Magos.

—¿Así que el pie izquierdo adelante primero? —preguntó Harry, sus lentes casi cayendo demasiado por su nariz mientras miraba sus pies, una mano entrelazada con la de ella y la otra a mitad de camino entre su cintura y su espalda.

—Pie izquierdo, sí —confirmó Jane, dejándolo hacerlo lentamente, luego acelerando gradualmente para igualar la música—. ¡Y ahí lo tienes! Mira, puedes bailar.

—Difícilmente —respondió Harry, su mano deslizándose desde su cintura y tomando su otra mano, dejándolos balancearse entre ellos—. Puede sonar extraño... pero gracias por enseñarme... y pasar el verano conmigo... y contarme sobre esas cosas antes.

—Bueno, no hay nada de malo en decírselo a alguien —Jane se encogió de hombros, las manos todavía conectadas y balanceándose entre ellas—. A veces es bueno compartir con la gente, ¿sabes? Pensé que podrías saber, somos uno y lo mismo después de todo —no fue difícil entender su significado: uno y el mismo; dejados por los padres de una forma u otra y acabando en situaciones que nadie deseaba especialmente.

—Mis padres, murieron cuando yo era más joven —explicó Harry. Los ojos de Jane parpadearon con sorpresa y él se encogió de hombros, levantando las manos que eran de ella—. Pensé que deberías saber —sonrió al reconocer las palabras que dijo segundos antes—. Ya que me dijiste, y sabes desde hace años que vivo con mi tío y mi tía... pero eso no deberia importar —una sonrisa apareció en su rostro para tratar de alejar cualquier sentimiento negativo, soltando una de las manos de Jane.

La chica pelirroja dejó escapar un chillido cuando él la empujó suavemente, girándola y tirando de ella hacia atrás, atrapándola fácilmente —¡Oye! —exclamó, la risa fácil derramándose de sus labios.

—¿Jane, querida? —Flora apareció a la vuelta de la esquina, empujando a través de algunas ramas rebeldes hacia el pequeño claro—. Estoy segura de que Harry aprecia las lecciones de baile, pero hay algunos invitados que necesitan un saludo.

—Oh por supuesto —Jane pareció confundida por un momento, sabía que mientras ella y Harry se habían gente estaba llegando, pero no sabía escabullido, que necesitaba saludarlos cuando entraran—. ¿Harry? —ella se giró hacia él cuando llegó al pequeño pasadizo hacia la parte principal del jardín, solo para descubrir que él estaba justo allí—. Oh Dios —ella sonrió, una vista que hizo que su corazón diera un brinco mientras él continuaba siguiéndola por el césped.

Flora ya había comenzado a hablar con la gente, sonriendo mientras señalaba al niño y la niña que pasaban. La chica Everleigh sospechaba que podría querer presentarla a sus amigos más adelante, pero por ahora tenía trabajo que hacer.

Entre los invitados y muchos asientos y mesas estaba toda la comida que Angela había preparado, y por Dios que había mucha. Harry pudo ver la expresión impresionada en el rostro de Jane cuando pasaron, la chica tomó con cuidado dos de las tartas de melaza del tamaño de un bocado que había pedido específicamente que hicieran, le pasó una a Harry mientras pasaba entre la gente, a la cocina mucho más fresca y al salón.

—Se supone que debemos llevarlos a través de la puerta lateral —Jane se giró hacia Harry cuando llegaron a la puerta principal—. Así que pasa primero y me aseguraré de cerrarla.

Harry asintió, hizo lo que ella sugirió y salió de la mansión, bajando los escalones mientras Jane se deslizaba por un hueco hecho en la puerta que apenas era lo suficientemente grande para que ella pasara.

Tiró de la puerta para cerrarla y jugueteó con la manija durante un par de segundos, solo para asegurarse de que estaba cerrada antes de darse la vuelta y bajar al escalón al lado de Harry.

—Pero... ¿no hay nadie aquí? —Jane parecía confundida mientras miraba alrededor del camino de entrada: había autos en la grava alrededor de la puerta principal y todo el camino, pero a menos que Florence estuviera hablando de las personas que venían por el camino, y no podía, considerando no había forma de que ella viera o supiera que estaban allí, estaba completamente vacío.

—¿Tal vez ya llegaron a la puerta? —sugirió Harry, apenas reaccionando cuando Jane tomó su mano y lo arrastró fuera del escalón; esa acción parecía ser increíblemente normal ahora.

—Quizás —Jane estuvo de acuerdo, pasando las hileras de arbustos y flores en flor, alrededor de la puerta lateral en la que se dirigía a todos los invitados—. Hmm... —miró a su alrededor, continuando por el camino hasta que se detuvo, soltando la mano de la de Harry y tapándole la boca.

—¡Ahí está nuestra Janey! —exclamó un hombre, y las dos mujeres que estaban a su lado se volvieron, al igual que la multitud de niños que lo rodeaban.

Parecía que Flora la había enviado a saludar a unos invitados muy especiales.

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