JANE ━━ harry potter

083

✾ ‧₊˚ ‣ CAPÍTULO 83 🌙
━━ En donde la cita llega a su fin 𖧧

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DE ALGUNA MANERA, Harry diciéndole a Jane que la amaba, después de que ella lo dijo primero, por supuesto, parecía hacer que el mundo fuera más brillante. Agregó algo de vitalidad que no sabía que se estaba perdiendo. ¿Pero ahora que lo tenía? Era tan, tan obvio que su vida había poseído un cierto aburrimiento... como si todo lo que comiera fuera comida blanda y todo lo que hiciera fuera lo mismo todos los días.

Por supuesto... toda la repetitividad era algo por lo que estaba pasando actualmente, pero a diferencia de los tiempos en los que el tedioso estilo de vida estaba haciendo las tareas de los Dursley, había algo diferente en continuar con el régimen de limpieza de la señora Weasley o sentarse en la habitación sin hacer nada más que escuchar a Sirius fantasear con hacerse otro piercing a manos de Jane, o sobre sus días en la escuela cada vez que entraba Remus (y ahora que Harry sabía... bueno, todo sobre ellos, tendía a notar más cosas y se preguntaba si había hecho algo así), o jugar una partida de ajedrez con Ron.

Pero el tedioso programa se vio interrumpido por una cosa muy importante: Jane. Y ahora que había algún tipo de sentimiento innegable, realmente hablado, transmitido entre ellos... todo era aún más brillante. Y no fue solo entonces, desde que Harry la conoció, su vida había ido mejorando, los niveles de saturación aumentaban y aumentaban lentamente, de modo que la vista una vez en blanco y negro en la que se había quedado desde la prueba final del Torneo de los Tres Magos ahora estaba coloreado perfectamente.

Ahora que Jane estaba en su vida, ahora que se habían dicho 'Te amo', ese amado y sagrado juramento que tal vez parecería algo... exagerado considerando su edad, todo estaba nivelado. Era definitivo; fue perfecto.

Por supuesto, la idea de que su edad era algo que hacía que esa emoción pareciera excesiva, también se permitió enfatizar por eso. A Harry no le importaba a esta edad, no le importaba lo que los demás pensaran al respecto porque lo sentía con mucha fuerza. Nunca antes había sentido algo así y estaba tan abrumado que no sabía qué hacer. Tenía una suerte increíble de que la batalla de las emociones en aumento solo tuviera lugar dentro de su casa, porque en el exterior tal vez su reacción sería mucho más severa, por así decirlo.

Y Jane estaba comiendo con cuidado uno de los bollos que él y Remus habían hecho el otro día, con la mano cubriendo su boca mientras tomaba un bocado, asintiendo lentamente. —Estos son buenos —felicitó, retirando el envoltorio de papel aún más y lamiendo un poco de glaseado goteante en la comisura de su dedo.

Harry sonrió, empujando más allá de la barrera de emociones abrumadoras. —¿Pensaste que eran malos? Te haré saber que el profesor Lupin y yo pasamos unos buenos veinte minutos para encontrar una receta... ¿y mucho más para reunir todos los ingredientes y realmente seguirla? —él pauso—. Éramos mejores en las cosas saladas.

—No lo digas —tarareó Jane, mirando los restos de los bocados que ya habían comido—. Pero estos son buenos, y la crema de mantequilla es buena. Siempre la hago demasiado dulce y luego los hace enfermizo

—Eh —Harry llevó sus rodillas hasta su pecho mientras bebía lo último del líquido rosado en su taza de la limonada de frambuesa fue sorprendentemente fácil de descifrar. Jane levantó la vista de su moño, ladeando la cabeza mientras cuestionaba sus palabras—. Nunca pensé que sería mejor para hacer crema de mantequilla que tú.

Jane se rió, cerrando el pequeño espacio entre ellos para darle un beso en la mejilla antes de que su cabeza se apoyara en su hombro. —Eres una bludger descarada —dijo, tomando otro bocado de su bollo.

Su brazo se había sentado naturalmente alrededor de sus hombros, la punta de sus dedos jugando con las tapas de sus mangas. —¿Con quién has estado hablando como para que te enseñe eso? —preguntó.

—Tuve una conversación con el señor Weasley anoche. Le hablé de las bombas de baño y me enseñó todos estos modismos mágicos —respondió Jane, inclinando la cabeza hacia arriba mientras él le daba un beso en la línea del cabello—. Ahora puedo jurar sin que Flora me regañe porque puedo fingir ignorancia.

—Elegante —Harry asintió, comenzando a sentarse y cubrir algunos platos. Las pausas en su conversación hicieron que las conversaciones en la casa de abajo fueran aún más evidentes; había oído mencionar sus nombres en conversaciones en el rellano debajo de la escalera que los trajo hasta aquí.

—¿Terminando tan pronto? —las palabras salieron como una pregunta, pero Jane ya estaba sentada y ayudándolo sin dudarlo, recogiendo los platos—. Supongo que será mejor que lo hagamos... creo que Fred y George están esperando para atacar.

—Tu oído es demasiado precisa —una voz salió del agujero en el techo—. Además, no estábamos escuchando... aunque supongo que no tiene sentido hacer la broma ahora —hubo algunos movimientos alrededor antes de que la voz volviera a sonar—. No te preocupes por nosotros, vuelvan a su mierda amorosa.

Los labios de Harry se curvaron en una sonrisa, Jane lo miró a los ojos mientras se cubría la boca con la mano libre. Sacudió la cabeza ante sus reacciones compartidas, ya que definitivamente deberían haber reaccionado más molestos, pero esa era otra cosa que tenían en común; sin importar lo que hicieran los gemelos Weasley, era mucho más difícil tratar de enfadarse con ellos cuando todo lo que podías hacer era encontrarlos divertidos.

Llevó los platos a la pequeña cesta que había traído, retirando la tapa antes de detenerse. —Vaya —exhaló, la mano vacilante—. Crookshanks, ¿qué diablos?

La cabeza de Jane se levantó de un salto desde donde estaba apilando los platos y se apresuró a pararse junto a él, mirando hacia las profundidades de mimbre y aterrizando en el piso de color jengibre. Ella amaba a ese gato, como Harry había descubierto, pero cuando él la miró, había una pizca de anhelo allí. Clementine y Melaza no fueron olvidados por mucho tiempo; simplemente sería cruel tenerlos en la casa constantemente. Pero Jane los extrañaba, y también la casa.

Sabía que todo parecía más brillante para él y estaba tan contento con la idea de que ella estuviera allí y segura, pero ella se adaptaba mucho mejor a la vida que habían llevado durante el verano. Harry solo podía esperar que de alguna manera todo terminara bien... y Jane siguiera siendo feliz. No sabía qué haría si ella no fuera feliz.

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