Capitulo 40.

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                  Última prueba.

Tranquilos, no me hice su cara.

En el camino pensé y busque varios tatuajes pequeños, quiero iniciar con algo pequeño. Cuando ví un tatuaje de un dragón en el brazo derecho, mis voces no paraban de repetirme una y otra vez "Háztelo". Me lo pude haber hecho sin ninguna problema, solo que con imaginar el drama que haría Nick al verlo, se me pasó todo.

Se esfumó.

Cuando llegamos al sitio nos atendieron de una vez y Fabricio comenzó a hablar con su tatuador sobre de lo que quería hacerse. Con solo escuchar que se lo haría en toda la espalda, me dieron nervios y más cuando escuché que quería hacerse a medusa.

Logré tranquilizarme cuando decidió que sería mejor en su brazo izquierdo.

El tatuaje llevó bastante proceso, cuando le faltaba poco para terminar llamé a un chico para que comenzara con mi tatuaje, ya que lo mío sería rápido.

Decidí hacerme dos serpientes juntas en el brazo derecho, una con tinta negra y la otra con tinta blanca. Cuando el chico terminó de tatuarme, me dieron ganas de hacerme otro, escogí una media luna en mi muñeca.

Y en definitiva buena elección, quedó mejor de lo que imaginé.

Fabricio se antojó de hacerse otro tatuaje, pero esta vez pequeño. No tardaron mucho y por fin estamos saliendo del lugar, las ganas de comer llegan al instante.

—Tengo hambre.—Le hago saber a Fabricio y antes de que él responda su estómago suena.

Segundos después se ruboriza.

—No es necesario decir que yo también.—Responde un poco avergonzado.

Suelto una risa y saco mi celular del bolso, horas atrás estaba sonando varias veces y no pude ver quién era ya que estaban tatuandome.

—¿Que quieres comer? .—Pregunta Fabricio viendo varios restaurantes.

—Lo que sea, no sé.—Digo y respondo los mensajes de Emily.

Que por cierto, son muchos.

—No soy adivino, Anastasia.—Levanto la mirada para verlo y el me sonríe de forma angelical y prosigue.—Después te llevo a un lugar y puede que no te guste la comida.

Alcé ambas cejas asombrada.

—Bueno, quiero una hamburguesa.—Con solo imaginarlo, se me hace agua la boca.

—Nos la merecemos.—Dice y su estómago vuelve a sonar.

Suelto varias carcajadas al verlo sonrojado.

Me agacho un poco y saco los audífonos del bolso, los conecto al celular y cuando estoy por reproducir la música, Fabricio me detiene.

—Anastasia.

—¿Qué?.—Pregunté rápidamente.

—Una bruja me ayudó a conseguirte algo que te será de mucha ayuda.

—Soy todo oídos.

Rodó los ojos y saco un anillo de su bolsillo.

—No.

Fabricio me ve confundido.

—¿No qué?.

—No quiero casarme contigo.—Hablé rápido.

—¿Por qué pensarías que...?.—Ve el anillo en sus manos y niega varias veces.—No seas tonta, no es para eso.

Cerré los ojos y solté todo el aire que tenía retenido, abrí los ojos y miré fijamente a Fabricio.

Polos opuestos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora