Capitulo 68.

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La sorpresa.




Aquella noche dormí muy feliz a su lado. Últimamente él ha estado durmiendo en mi habitación por qué la suya la están arreglando, no lo dude dos veces en decirle que sí cuando me preguntó si podía dormir en mi habitación. Verlo en las mañanas al despertar, no le podía decir que no.

Todos han disfrutado de estos días, algunos fueron al cine y otros al parque de diversiones. Ashton no quiso salir, prefirió quedarse conmigo a leer libros. Si, como lo dije, a leer libros. Hace dos días, un mañana común y corriente salimos a desayunar y el se llevó unos de mis libros. Se lo terminó el mismo día y no paraba de hablar del final, yo no lo llegué a leer.

¿Por qué se murió?.

¿Habrá un segundo libro?.

Y muchas más preguntas.

Desperté por la alarma que había puesto en mi celular, volteé para ver a Ashton. Estaba dormido, sus cejas estaban algo fruncidas y sus labios entreabiertos, sus mejillas estaban un poco rojas y su cuerpo estaba relajado, en excepción de su brazo izquierdo que me abrazaba de la cintura.

Quité su brazo con cuidado para no despertarlo, en la mesa de noche se encontraba el libro que estaba leyendo anoche. El sueño le ganó y antes de dormirse lo puso en la mesa. Me levanté y fui al baño a lavarme la cara y los dientes, luego me bañe y al terminar me puse una camiseta de Ashton. Tiene muy buenos gustos, todas sus camisetas me gustan.

Me puse unas medias y agarré un libro nuevo para leerlo en la terraza, también agarré mi teléfono para estar pendiente de la hora. Segundos después Bell tocó mi puerta, todas las mañanas me trae un capuchino. Abrí la puerta y fruncí el ceño al verla tan abrigada.

—¿Por qué tan abrigada?.—Pregunté confundida y ella abrió los ojos de par en par.

—¿Acaso no tienes frío?.—Negué y ella me entregó el capuchino.—Los de mi universidad harán una fiesta en lago, si quieres ir no dudes en buscarme.—Asentí y sonreí.

—Lo pensaré.—Ella asintió y se fue.

Cerré la puerta y caminé hacia la terraza. Lo admito, hay un poco de frío. Abrí la puerta de la terraza y al instante hizo un ruido, volteé rápido para asegurarme de que el siga dormido.

Suspiré aliviada al ver que seguía durmiendo. Sentí algo frío en mis pies y bajé la mirada.

Sonreí emocionada como una niña pequeña, al ver la nieve en mis pies. No lo pensé dos veces y corrí hacia la cama para despertarlo.

—¡Ashton, despierta!.—Grité y comencé a moverlo.

El se despertó al instante un poco desorientadon y frunció el ceño al verme sonreír.

—¿Qué...?.—No lo dejé terminar y jalé su brazo.

Se levantó de la cama y apretó suavemente mi mano.

Entramos a la terraza y todo era como lo imaginé. Los árboles estaban cubiertos de nieve, el cielo estaba gris y el suelo estaba lleno de nieve.

La nieve es muy hermosa.

—Nieve.—Susurra Ashton y asentí.—En el mejor momento.—Murmuró y fruncíel ceño al verlo, tiene una sonrisa en el rostro.

Me acercó a él y unió nuestros labios.

—Cámbiate, iremos al bosque.

—¿A qué?.—Pregunté confundida.

—No preguntes y hazlo.

Polos opuestos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora