Esas miraditas.
Si las miradas se cruza,
Es por qué algo bucan.Abrí los ojos sintiendo la molesta luz del sol entrando por la ventana, me estiro perezosamente sobre la cama. La pijama de seda se siente muu bien con las sábanas frías y esa suavidad es increíble. Al recordar lo de anoche, rodé los ojos.
Una sonrisa adorna mi rostro al recordar que saltó solo para decirme que me caía mal.
¿Qué te sucede?, me pregunté a mi misma y dejé de sonreír.
De nuevo el olor a vainilla y coco, lo olía cada vez más cerca. Esa combinación es deliciosa y con saber que es él, me pone un poco nerviosa. Alguien toca la puerta y se que es él.
Escucho a Giovanni salir del baño y lo veo de reojo, ahora lleva un chandal color gris y su cabello está mojado. Segundos después escuché como abrió la puerta y no tardó en hablar.
—¿Dónde lo dejo?.—Preguntó Ashton y escuché pisadas.
—Me lo podías dar.—Respondió Giovanni.—Bueno, ponlo en ese sillón.
Estaba un poco cerca de la cama, fácilmente puede verme. Se detuvo en el sillón y me senté en la cama.
Sus ojos conectaron con los míos y tragó saliva. En sus manos traía dos bolsas, probablemente sea la ropa de entrenar. Ayer cuando busqué algo para dormir y no vi nada de ropa para entrenar. Dejó de verme y vió mis pecas, luego la pijama.
Giovanni llegó y se aclaró la garganta.
—Gracias por traerla, bajaremos cuando terminemos.—Ashton lo miro a los ojos con frialdad. Tensó la mandíbula y quise reírme. Asintió y se fue.
Suspiré aliviada al escuchar la puerta cerrarse.
—Y con solo pensar que tengo que aguantarlo.
Me levanté y Giovanni me lanzó una toalla, fui directo al baño para bañarme con agua caliente, es lo mejor. Salí del baño envuelta en una toalla blanca y Giovanni me señaló la ropa, agarró la suya y entró al baño para darme privacidad, agarré la ropa.
Era una ropa de entrenar sencilla, un pantalón negro deportivo y un top del mismo color. Una chaqueta negra un poco gruesa con el nombre de la organización y unos zapatos blancos.
Cuando termine de vestirme le toqué la puerta del baño a Giovanni y me senté en la esquina de la cama. Minutos después salió vestido con un chandal negro y una camisa blanca. Fue a su closet y buscó algunos zapatos de su gusto. Sacó unos grises y me los mostró.
Negué, eran feos.
Señalé unas Vans que estaban detrás de unos zapatos negros y sus ojos brillaron. Cuando llegamos de Inglaterra lo primero que hizo fue irse de compras y cuando vió las Vans, se enamoró.
Me levanté de la cama y fui al baño para peinar mi cabello. Por el espejo vi a Giovanni caminando de espaldas.
¿A este que le picó?.
—¿Que haces?.—Pregunté y comencé a reírme.
—¿Necesitas privacidad?, ¿cierro la puerta?.
—No, ¿por qué?.—Seguí riéndome al ver que tenía la mirada fija en el suelo.
—Pensé que estabas haciendo..., ya sabes.—Murmuró.
Cuando llegamos a Inglaterra me di cuenta que le daba mucha pena decir que iría al baño.
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Polos opuestos.
FantasyNo eran nada iguales, pero se amaban como si fueran idénticos. Eran tan opuestos, tan distintos. El no era el chico que ella imaginó para ella, era todo lo contrario. Ella no era la chica que el siempre soñó, el destino se divirtió uniendo sus camin...