Sus besos sabían al alcohol.
Muchos se preguntaran sí le seguí el beso o lo detuve, y la respuesta es sí. Seguí el beso, ¿quién en su sano juicio lo alejaría?, absolutamente nadie. No quería alejarme, ya no puedo seguir engañandome. Me sentí segura, olvidé donde estábamos y el por qué vinimos. Me sentí inmensamente feliz, quería que este beso durara para siempre. Pero, como dije anteriormente, nada es para siempre.
Abrí los ojos al sentir que Ashton dejó de besarme, lo noté enojado y fruncí el ceño. Su mandíbula estaba apretada y sus manos convertidas en puños haciendo que las venas salgan de más, quise reírme cuando ví que tenía la ojos cerrados.
—¿Qué sucede?.—Pregunté.
—Josh me lanzó una pelota.—Respondió enojado.
Miré el suelo y ví la pelota, era pequeña. Me agaché y la agarré, es pequeña pero pesada. Debió de dolerle, no pude aguantar la risa al imaginármelo.
Josh seguía en la entrada y sonreía divertido, tiene buena puntería.
—La chica la llegó.—Suspiré aliviada.—¡Vayan a trabajar!.—Gritó y negué con una sonrisa.
Agarré la mano de Ashton y el abrió los ojos. Ya no tenía la mandíbula apretada y tampoco sus puños.
Se calmó al instante, interesante.
—Me estoy volviendo loco.—Se acercó para volver a besarme, pero justo en ese momento entró un grupo de chicos y teníamos que dar un poco de espacio.
Caminamos juntos agarrados de manos hacia su barra, me percaté al instante de las miradas de las chicas. Me miraban de pies a cabeza como si fuera un insecto extraño, más de una se asombró al ver nuestras manos entrelazadas. Ashton entró e hizo una bebida, una chica estaba pendiente de todos sus movimientos y cuando vió que Ashton me pasó la bebida, se acercó rápidamente.
—¿Qué estás haciendo?.—Preguntó la chica.
Ashton me miró fijamente.
—Dándole una bebida a mi novia, creo que es obvio.—Respondió Ashton sin mirarla.
Mi novia.
—No puedes hacerlo.—Se quejó.
Ashton respiró profundo y la miró con frialdad.
—Antes de irme te ví beber de la botella de vodka y nadie te dijo nada, ni pagaste.—Ashton sacó dinero de su bolsillo trasero y lo puso en la barra.
La chica se fue hecha una furia.
Eso debió de molestarle mucho.
—Me gustaría que me llamaras Ash de ahora en adelante.—Pidió mientras jugaba con sus anillos.
Sonreí.
El niño estaba nervioso.
—No sería tan malo.
Bebí un poco de lo que me dió y en verdad estaba bien, solo que era alcohol normal, no me hará nada. Ashton se inclinó hacia delante, apoyando sus codos sobre la barra, su mirada estaba clavada en mis labios y sentí como el color carmín coloreó de inmediato mis mejillas.
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Polos opuestos.
FantasyNo eran nada iguales, pero se amaban como si fueran idénticos. Eran tan opuestos, tan distintos. El no era el chico que ella imaginó para ella, era todo lo contrario. Ella no era la chica que el siempre soñó, el destino se divirtió uniendo sus camin...