El destino pone a prueba el amor, a veces los sentimientos no son tan fuertes como para superar todo.
Historia de Ian Harding y Lucy Hale, solo ficción!
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Semanas después.
Lucy entra sonriente a la cocina, donde se encuentra Ian.
Lucy: Buenos días amor, ¿qué estás cocinando?
Pregunta ella mientras se acerca a él y deja un beso en su hombro al mismo tiempo que lo abraza desde atrás haciendo que él sonría.
Ian: Estoy terminando unos panqueques, pero ya está en la mesa la fruta picada y huevos.
Lucy se alejó de él para dirigirse a la mesa e inspiró por lo bien que olía el lugar, pero rápidamente frunció el ceño y se llevó las manos a la boca.
Ian: ¿Qué pasa?
Pregunta él antes de dejar el plato con los panqueques en la mesa y acercarse a ella.
Lucy: Abre las ventanas por favor.
Lucy murmura antes de salir corriendo en dirección al baño. Ian la sigue lo más rápido que puede para hacer un moño con su pelo para que no se manche por el vómito de su esposa.
Ian: ¿Alcanzaste a comer algo o qué pasó?
Lucy negó con la cabeza pero se mantuvo con los ojos cerrados abrazada al retrete, su celular sonó y ella le indicó a Ian que respondiera.
Ian: No es momento de responder mi amor, quiero saber que estás bien.
Lucy: Ya he acabado... creo.
Dijo al momento en que se levantó para enjuagar su boca y lavar su rostro sudado.
Ian: ¿Estás bien? ¿Algo te hizo mal?
Lucy: El olor del huevo me dio demasiado asco. Por favor responde el celular o me volverá loca el sonido.
Ian asiente y va a buscar el celular de Lucy para contestar.
Ian: Julie, te llamamos en un momento, estamos en medio de algo... No, todo bien.
Lucy: Eso sonó terrible para una madre, ¿sabes?
Dice ella secando su rostro y volviendo a su dormitorio.
Ian: Lo lamento, pero primero debo ocuparme de ti, no puedo pensar en qué decirle a nadie.
Lucy: Eres demasiado lindo.
Dice ella al mismo tiempo que lo abrazo, besa su pecho y se queda recostando su frente en aquel lugar mientras que él la abraza fuertemente.
Ian: Tú eres la mujer más hermosa que existe en el planeta, aunque hayas vomitado por la comida que te preparé.
Ella ríe pero no se separa de él, realmente disfruta de que Ian esté acariciando su cuerpo.
Lucy: No te quejes, los vómitos son tu culpa.
Ian: ¿En serio? ¿Por qué serían mi culpa?
Lucy: Porque tú dejaste a bebé en mi vientre allí.
