Capítulo 49

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 Lucy suspiró profundamente, luego apagó la televisión, dejó el control de la mismo en la mesa de centro y se acomodó en el sofá para mirar a Ian.

Lucy: Creo que es necesario.

Dijo asintiendo con la cabeza e Ian se acomodó también para que pudiesen mirarse de frente.

Ian: ¿Quieres comenzar?

Lucy hizo una mueca, pero luego asintió, quería expresar todo lo que ha sentido desde lo sucedido a pesar de que no sabía si fuese buena idea recordar todo.

Lucy: Bueno, no es fácil hablar de esto...

Ian: No dije que lo fuera.

Dijo él al ver cómo Lucy retorcía sus dedos y tomó sus manos para tranquilizarla, pero ella las quitó rápidamente y puso sus brazos cruzados a la altura de su pecho. No escapó a sus ojos la expresión de decepción y desesperación en el rostro de Ian.

Lucy: Lo siento, pero si me tocas no me puedo concentrar.

Dijo al tiempo que sentía sus mejillas ruborizarse y vio la pequeña sonrisa de Ian, quien asintió.

Lucy: Bueno... Creo que lo mejor es hacer un resumen. Iba en un auto muy feliz con mi marido rumbo al aeropuerto para ir a nuestra luna de miel, de pronto todo se descontroló y no supe más. Cuando desperté, me dolía todo el cuerpo, me dijeron que había estado inconsciente y que debía permanecer allí. No hacía más que preguntar por el amor de mi vida, pero todo el mundo evitaba hablar de él, así que a pesar de que me enfoqué en seguir las indicaciones medicas para que no se preocuparan, yo seguía muy nerviosa por la ausencia de mi esposo.

Lucy le dio una breve mirada a Ian y notó que él la observaba con atención, luego volvió a bajar sus ojos hacia sus pies.

Lucy: Luego me dijeron que yo estaba bien, pero que nuestro... que nuestro bebé no había sobrevivido.

Al final de la oración su voz se quebró y no pudo contener las lágrimas cuando rememoró aquel instante y sus sentimientos afloraron como si estuviese reviviendo aquel día. Ian se acercó a ella y la obligó a sentarse sobre sus piernas, la abrazó con fuerza y Lucy comenzó a llorar desconsoladamente. Estrujó con fuerza la camiseta de Ian, sentía la necesidad de aferrarse a algo y su compañía y contención era todo lo que había añorado en los meses pasados. Ian cada vez la abrazaba con más fuera y acariciaba su espalda para consolarla, pero él también comenzó a llorar.

Ian: Lo siento, mi amor... Lo siento tanto...

Le dijo entre lágrimas y besó su cabeza.

Lucy: No fue tu culpa.

Dijo ella entrecortadamente debido a sus sollozos.

Ian: Pero no estuve allí para protegerte, para cuidarte, para acompañarte y sostenerte cuando más me necesitaste.

Lucy movió su cabeza para acomodarse en el cuello de Ian, él también se acomodó.

Lucy: Te extrañé demasiado, te necesitaba mucho, nada ni nadie podía consolarme.

Dijo sollozando e Ian volvió a acariciar su espalda para intentar darle fuerza con ese gesto.

Ian: Lo siento, te juro que todo hubiese sido muy diferente si no hubiésemos estado en esa situación.

Lucy: Lo sé...

Ella respiró profundamente para poder seguir hablando.

Ian: Continúa.

Prueba del destino - Lucian -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora