El destino pone a prueba el amor, a veces los sentimientos no son tan fuertes como para superar todo.
Historia de Ian Harding y Lucy Hale, solo ficción!
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Ian: ¿Qué pasa? ¿Te molesta que venga?
Lucy: Por supuesto que no me molesta, no es eso.
Lucy llevó sus manos hacia su rostro cuando terminó de hablar e Ian frunció el ceño.
Ian: Entonces, ¿qué es?
Ella se mantuvo en silencio e Ian impaciente se movió y le quitó las manos porque las mantenía cubriendo su rostro.
Ian: Habla conmigo, por favor.
Lucy suspiró y asintió con la cabeza.
Lucy: Es que me da vergüenza.
Ian frunció el ceño no entendiendo la reacción de Lucy.
Ian: ¿Vergüenza? ¿Por qué?
Lucy: Es obvio, Ian. Porque ella escuchó la estupidez que dije de mi embarazo.
Ian: Oh.
Dijo él cuando el entendimiento se hizo presente.
Lucy: ¿Crees que ella piense que soy una persona horrible?
Ian levantó su rostro para fijar su mirada en aquellos ojos que lo hipnotizaban y vio la preocupación en ellos, además de las lágrimas acumularse.
Ian: Ella no piensa eso, nadie podría hacerlo. No te preocupes, Sarah no te juzga.
Lucy: No lo sabes.
Ian: Créeme, lo sé.
Lucy: ¿Cómo?
Ian: Porque fue ella quien me ayudó a calmarme ayer. Para ella sigues siendo una mujer maravillosa por la cual vale la pena que yo luche.
Lucy suspiró y cerró sus ojos por algunos segundos, haciendo que algunas lágrimas salieran de ellos. Ian las limpió con sus dedos.
Lucy: Gracias.
Ian: Solo te digo la verdad. Ahora, me voy a levantar y tú seguirás durmiendo. Voy a venir a despertarte cuando esté todo listo.
Ella asintió y abrió sus ojos.
Ian se debatió entre terminar la distancia entre ellos para besarla y levantarse para no incomodarla. Finalmente optó por la segunda alternativa. Lucy se quedó mirando por donde Ian se había ido y luego de varios segundos, ella se volteó para seguir durmiendo.
***
Sarah: ¿Lucy almorzará con nosotros?
Ian: Espero que sí, iré a despertarla cuando todo esté preparado.
Dijo él comenzando a sacar lo necesario para cocinar.
Sarah: Bueno, entonces, comienza a desahogarte de una vez.
Ian suspiró profundamente.
Ian: La verdad es que no me siento cómodo hablando aquí, cuando ella puede entrar en cualquier momento o escuchar desde afuera.
Sarah: Entonces, ¿cómo se supone que te desahogarás?
Ian: Saldremos al patio luego de comer, a caminar como haciendo ejercicio, es lo único que se me ocurre. Además, no quiero dejarla sola.
Dijo él encogiéndose de hombros y su hermana sonrió.
Sarah: Eso es lo bueno de tener un patio tan grande, eh.
Ian: Lo es.
Dijo él sonriendo también para luego continuar cocinando con una amena conversación.
Una vez tuvieron la comida preparada y todo limpio para poder almorzar, Ian comenzó a caminar hacia la puerta de dicho lugar.
Ian: Ahora iré a despertarla, quiero que coma algo.
Dijo él para luego dirigirse a la habitación y acercarse a Lucy para susurrar su nombre y moverla suavemente.
Lucy: ¿Qué pasa?
Ella susurró sin abrir sus ojos.
Ian: Está listo el almuerzo, ¿irás a comer con nosotros o te traigo la comida acá?
Lucy: ¿Nosotros?
Dijo abriendo uno de sus ojos.
Ian: Recuerda que vino Sarah a comer.
Lucy suspiró y negó con la cabeza.
Lucy: Sí, ahora recuerdo que lo mencionaste.
Dijo ella abriendo ambos ojos.
Ian: Está bien, ¿qué prefieres entonces?
Lucy: Dame un momento para lavarme la cara y bajo enseguida.
Ian asintió y le dio un beso en la frente antes de levantarse e ir hacia la cocina.
***
Lucy llegó a la cocina y su rostro reflejaba lo avergonzada que se sentía. Se acercó a su cuñada para saludarla y no pudo evitar el impulso de abrazarla fuertemente para luego comenzar a disculparse entre sollozos.
Lucy: Lamento lo que tuviste que escuchar. Por favor discúlpame. Sé que eso me hace ser una persona horrible pero lo dije sin pensarlo.
Sarah miró a su hermano y abrazó con fuerza a Lucy.
Sarah: No te preocupes por eso. La verdad más que pensar que eres una persona horrible, yo estoy preocupada por ti.
Lucy se separó de ella mientras secaba las lágrimas que no pudo contener en sus ojos.
Lucy: No hay de qué preocuparse, eso no es lo que realmente pienso.
Sarah: Creo que lo mejor es que se tomen en serio las atenciones con el psicólogo.
Ian asintió pero Lucy hizo una mueca.
Ian: Eso haremos. Yo también estoy preocupado.
Ian vio que Lucy quería replicar pero él no la dejó.
Ian: Ahora es momento de comer, así que disfrutemos de estos alimentos.
Ambas asintieron y comenzaron a degustar su almuerzo.
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