El destino pone a prueba el amor, a veces los sentimientos no son tan fuertes como para superar todo.
Historia de Ian Harding y Lucy Hale, solo ficción!
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Ian: Está bien, tal vez el hecho de que haya enviado el mismo documento roto en varias partes no fue la mejor decisión que he tomado en mi vida, pero de verdad que no escribí ninguna grosería.
Lucy abre sus ojos sorprendida, intrigada y un poco molesta.
Lucy: ¿Y por qué has hecho eso? ¿Por qué no has firmado el divorcio?
Dice ella levantando la voz un poco y al terminar mira a su alrededor lamentándose de haberse alterado en público. Vuelve a dirigir su mirada hacia Ian quien frunce el ceño en su dirección y deja los cubiertos encima de la mesa para cruzar sus brazos.
Ian: Bueno, ¿Y por qué yo firmaría el divorcio?
Lucy: Porque fuiste un completo idiota y ya no estamos juntos.
Ian: Idiota o no, siempre he estado enamorado de ti, con memoria o sin ella. Lo sé, me comporté mal contigo y me duele mucho recordar esa parte de nuestra historia, te hice daño, lo entiendo, pero eso no significa que me voy a dar por vencido con nuestra relación. Que te quede claro que yo te amo, a ti, solo a ti, y no estoy dispuesto a dar nuestro matrimonio por terminado, no cuando en lo único que puedo pensar es en la forma de recuperarte, de tenerte nuevamente en mi vida, como antes.
Dicho esto, Ian vuelve a tomar los cubiertos y comienza a comer, solo enfocándose en su plato. Por su parte, Lucy se queda completamente pasmada ante las palabras de Ian. Su corazón late desbocado y la esperanza se hace presente en su alma, le guste o no, su mente comienza a crear posibles escenarios en los que ellos podrían estar juntos nuevamente, aún sabiendo que no será fácil, no importa, porque Ian es el amor de su vida. Luego de algunos minutos, ella pestañea repetidas veces para volver a la realidad y comienza a comer, en silencio al igual que su aún esposo.
Una vez terminada la cena, sin dirigirse la palabra o alguna mirada, Ian paga la cuenta y se levanta para ayudar a Lucy con su respectivo asiento. Ambos caminan tensos hacia el auto de él, donde abre la puerta para ella. El viaje de regreso a sus casa se hace en un silencio agobiante, tanto Ian como Lucy están completamente incómodos, pero aún con todo lo negativo que sucedió durante la noche, él terminó siendo educado y dejando a su, aún esposa, en la puerta de su casa. Ninguno sabe qué demonios hacer para que la despedida no sea tan miserable.
Ian resopla con evidente frustración, su queja es tal, que hace a Lucy levantar la mirada desde sus pies hacia el rostro del hombre que tiene frente a ella.
Ian: Yo realmente estoy odiando a tu abogado.
Dice él al mismo tiempo que pasa ambas manos por su rostro y cabello. La situación le parece insoportable.
Lucy: Él no tiene la culpa de haber enviado un correo en el momento equivocado, no tenía cómo saber que yo me encontraba contigo.
Ian: Eso espero, porque como sepa que te está espiando yo podría acabar con él de inmediato, lo último que me apetece en este momento es un indeseable interfiriendo entre nosotros. Quería que esta fuese una velada especial y mira como resultó.
