Al día siguiente es Lucy quien despierta primero, se queda un rato mirando a Ian y sonríe por la alegría que la invade al tenerlo finalmente a su lado. Luego de algunos minutos, al ver que él está pacíficamente dormido, decide dejarlo descansar y levantarse para preparar el desayuno.
Ella se encuentra terminando de preparar una bandeja con los alimentos cuando suena el timbre y frunce el ceño porque no esperaba a nadie. De todas formas, acude al llamado de la puerta.
Sarah: Hola cuñadita, ¿Cómo estás?
Dice ella abriéndose paso hacia el interior de la casa y Lucy sonríe al mismo tiempo que niega con la cabeza cerrando la puerta.
Lucy: Bien, ¿y tú?
Sarah: Bien. Lamento molestarte a esta hora, pero mi hermano no me contestaba el celular y no está en su casa de soltero, así que me preocupé, ¿Será que está aquí?
Lucy: Sí, está aquí, les dijimos que volveríamos a vivir juntos por si no lo recuerdas.
Sarah: Es un alivio saber que está acá. Sé que nos dijeron eso pero no sabía que ni siquiera iría a buscar sus cosas.
Lucy: Tranquila, irá durante la semana.
Dijo ella comenzando a caminar hacia la cocina e indicándole que la siguiera.
Lucy: ¿Ya tomaste desayuno?
Sarah mira la bandeja sonriendo.
Sarah: No me digas que le llevarías el desayuno a la cama a ese perezoso.
Lucy: ¡Oye, no te burles!
Dice ella riendo y haciendo que Sarah también lo haga.
Lucy: Él suele llevarme el desayuno a la cama y yo solo quise hacerlo, pero supongo que ahora tendré que ir a despertarlo para desayunar junto a ti.
Sarah: No te preocupes, yo ya comí.
Ian: No tienes que ir a despertarme amor, me desperté con el desagradable sonido de la voz de mi hermana.
Dice él sonriendo y guiñándole un ojo a Lucy antes de dirigirse hacia su hermana para saludarla con un beso en la mejilla mientras ella lo mira con los ojos entrecerrados.
Sarah: No me gusta ese tonito eh, ¿Ahora que Lucy te vuelve a aceptar me dejarás de lado?
Ian ríe y niega con la cabeza mientras camina hacia Lucy.
Ian: No seas exagerada.
Él besa la mejilla derecha de Lucy desde atrás y luego apoya su cabeza en el hombro de su esposa antes de meter sus manos por debajo de su pijama para acariciar su vientre. Ella salta ante el contacto y se queja en voz alta, lo que hace que Ian retire sus manos asustado.
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Prueba del destino - Lucian -
RomanceEl destino pone a prueba el amor, a veces los sentimientos no son tan fuertes como para superar todo. Historia de Ian Harding y Lucy Hale, solo ficción!