El destino pone a prueba el amor, a veces los sentimientos no son tan fuertes como para superar todo.
Historia de Ian Harding y Lucy Hale, solo ficción!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lucy recibió un mensaje de Ian cada mañana y noche durante la semana siguiente a la última ocasión en la que había logrado hablar con él, ella sonreía cada vez que leía sus palabras motivadoras, de ánimo y diciendo que la extrañaba, y cuando podía le respondía; pero al mismo tiempo, se sentía confusa, no respecto a sus sentimientos hacia él debido a que sabía que jamás dejaría de amarlo ni podría llegar a amar a otro hombre, de eso estaba segura, pero todo lo que había pasado desde su matrimonio le hacía pensar si realmente era bueno estar juntos nuevamente, ella sabía que las cosas no volverían a ser como antes porque lo sucedido los había cambiado a ambos y eso le aterraba... Pero cada mensaje causaba tantas sensaciones en su interior que creía posible lo que Ian le había enviado escrito uno de aquellos mensajes: "Estoy seguro que superaremos esta prueba del destino".
Precisamente esa mañana no había recibido ningún mensaje de Ian y ya eran las 6 de la tarde, inevitablemente se comenzó a preocupar y decidió llamarlo mientras se dirigía hacia su camerino para cambiar su vestuario, pero él tenía su celular apagado y eso solo logró inquietarla aún más. Decidió llamar a Sarah luego de intentar hablar con Mary, quien no contestó.
Sarah: Hola.
Lucy: Hola, ¿Cómo estás?
Sarah suspiró y luego de algunos segundos en los que se oyó que caminaba para apartarse del ruido volvió a hablar.
Sarah: Bien, ¿Y tú?
Su respuesta no sonaba convincente.
Lucy: Bien, gracias... Oye, ¿De verdad estás bien? ¿Le ha pasado algo a Ian o Mary?
Sarah: Si te soy honesta, no sé cómo responder a tus preguntas.
Lucy: ¿Qué quieres decir con eso? ¿Ellos están bien?... Intenté contactarme con ellos pero Ian tiene el celular apagado y tu madre no me contestó.
Dijo ella notoriamente alterada y cerró la puerta de su camerino al llegar allí.
Sarah: Tranquila, ellos están bien... Me refiero a que no han tenido un accidente o algo así... Solo haz tu trabajo y vuelve.
Lucy: No me dejas más tranquila con lo que me dices, necesito saber qué está pasando... ¿Ian se ha arrepentido de lo nuestro? ¿Ha conocido a alguien?
Sarah: ¡Nada que ver! ¡Al contrario!
Lucy: Sarah, necesito que me des información o enloqueceré.
Sarah suspiró profundamente una vez más y volvió a hablar.
Sarah: ¿No ves nada de televisión o revistas?
Lucy frunció el ceño.
Lucy: No, ¿Por qué?
Sarah: No debería decírtelo, pero creo que es una muy mala estrategia esperar a que vuelvas.
