El destino pone a prueba el amor, a veces los sentimientos no son tan fuertes como para superar todo.
Historia de Ian Harding y Lucy Hale, solo ficción!
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Ian: ¿No crees que así llamamos más la atención?
Lucy: Puede ser, pero al menos no podrán reconocernos tan rápido.
Ian asintió y acomodó su gorra.
Ian: Mira, esa tienda está sola en este momento.
Lucy: Entonces vamos allí.
Ambos comenzaron a caminar hacia la tienda y una vez adentro, cerraron la puerta, causando la extrañeza de la vendedora del lugar, aunque se acercó a darles la bienvenida.
Ian: ¿Podemos buscar lo necesario en privado?... Quiero decir, vamos a comprar cosas, pero necesitamos que la tienda esté cerrada para poder hacerlo tranquilos.
Vendedora: No hay problema, ¿qué es lo que desean ver?
Lucy: Ropa, accesorios y juguetes, todo lo que sea necesario para un recién nacido, aunque no sabemos su sexo aún.
Vendedora: ¡Felicitaciones!... ¿Es su primer bebé?
Lucy: ¿Qué? ¡No! ¡No, no, no, no, no!... No es nuestro bebé... Es el bebé de nuestros mejores amigos y queremos ser sus padrinos, pero no, no es nuestro bebé.
Dijo ella con nerviosismo e Ian la miró con el ceño fruncido ante tanta negativa, mientras la vendedora asentía con la cabeza.
Ian: No es el primer bebé, pero sí el primer embarazo que avanza.
Vendedora: Entiendo... Ustedes pueden mirar en la sección de juguetes mientras les busco algo de ropa y accesorios para que los vean.
Dijo ella indicando con su mano un sector de la tienda y ambos asintieron antes de dirigirse allí.
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Lucy: Mira todo esto, es hermoso.
Ella habló mientras miraba con añoranza un traje de bebé.
Ian: Estoy alucinando, la verdad es que quiero llevarme todo.
Dijo él para luego acercarse a ella desde atrás y abrazarla, reposando sus manos en el vientre de su esposa para acariciarle, pero Lucy le apartó las manos rápidamente y se volteó hacia él.
Lucy: ¿Qué haces?
Le murmuró entre dientes.
Ian: Lo siento, es que estamos solos y quería que bebé en tu vientre estuviera presente en este momento.
