Lucy pide un trago y resopla frustrada antes de beber su vaso rápidamente. El chico que entrega los tragos se quedó mirándola entre sorprendido y preocupado, pero al ver que ella tenía una mirada triste y negaba con la cabeza, le regaló otro. Lucy frunció el ceño y se dirigió a él.
Lucy: ¡Oye! ¡Yo no he pedido esto!
Adrián: Lo sé, pero veo que lo necesitas, va por parte de la casa.
Le dijo sonriendo y ella le devolvió el gesto antes de levantar el vaso en forma de agradecimiento y le dio un sorbo. 5 minutos después, un chico se acercó a ella y comenzó a coquetearle, acción que no le molestó a pesar de que no estaba para dicha situación. A medida que pasaban los minutos se dio cuenta de que realmente se estaba divirtiendo.
Rodrigo: De verdad es bueno estar conversando contigo, mis amigos solo han venido a buscar chicas para llevarse a la cama y yo no soy bueno con eso, así que me resultas una muy buena compañía.
Lucy: Oh, vamos. Has estado coqueteando conmigo desde que llegaste.
Dice ella riendo y él comienza a reír también.
Rodrigo: No es cierto, ¿De verdad crees que eso es coquetear? Porque solo me he acercado a conversar contigo, te vi sola y quise compartir nuestra soledad.
Lucy: Gracias por haberte acercado, realmente lo estoy pasando genial. De hecho, deberías anotar mi número para que, si en alguna vez te sientes solo nuevamente, me llames y compartiremos nuestra soledad una vez más.
Ambos intercambiaron sus números de contacto y siguieron conversando.
Una hora después de que Lucy se hubiese ido a la barra, Ian se disculpó con las chicas que hablaba y comenzó a caminar para ir hacia dicho lugar, pero su hermana se interpuso y le habló sonriendo.
Sarah: ¿Para dónde vas con ese ceño tan fruncido hermanito?
Ian cambió su expresión de inmediato porque no había notado cómo su rostro estaba replicando su molestia interior.
Ian: Sabes hacia donde voy. ¿Crees que su madre y su esposo estarían de acuerdo con lo que está haciendo?
Sarah: ¿Qué está haciendo?
Ian: ¡Está coqueteando con otro! Realmente no creo que dejarla que esté con cualquiera sea una buena forma de cuidarla, precisamente eso es lo que les pidió su madre.
Sarah: Bueno, ¿Y a ti qué te importa? Ella tiene la edad suficiente para hacer lo que quiera. Su madre nos pidió cuidarla para que no le pase nada malo, que no esté sola, y no vengas con esas mierdas de su esposo porque él se ha portado realmente pésimo con Lucy, así que déjala tranquila y que disfrute con un chico guapo, se merece ser feliz.
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Prueba del destino - Lucian -
RomanceEl destino pone a prueba el amor, a veces los sentimientos no son tan fuertes como para superar todo. Historia de Ian Harding y Lucy Hale, solo ficción!