El viaje hacia la casa de soltero de Ian no era muy largo, solo 10 minutos los separaban de la casa matrimonial, y ellos lo agradecieron. Durante el trayecto el silencio se adueñó del auto y Lucy encendió la radio para no sentirse tan incómoda. Ian también se sentía extraño viajando de copiloto y sin saber qué decir, así que ambos se dedicaron a entonar cada una de las canciones que se iban escuchando.
Una vez llegaron a la casa de Ian, ambos se bajaron en silencio y esperaron ansiosos a Julie y Sarah, quienes al ver la incomodidad entre ellos dejaron de sonreír.
Julie: ¿Ha pasado algo malo?
Ambos negaron con la cabeza.
Sarah: ¿Te has disculpado con Lucy?
Preguntó Sarah, dirigiendo su mirada hacia Ian.
Ian: Sí... Pero ella no me ha dicho si acepta mi disculpa.
Dijoél dirigiendo su mirada hacia Lucy.
Lucy: ¡Oh! Bueno, sí, acepto tu disculpa. Solo te pido que seas paciente con aquel tema.
Dijo ella sonriendo e Ian solo suspiró profundamente y asintió. Luego, Sarah les dirigió hacia la casa, Ian y Lucy caminaban el uno al lado del otro pero tomando distancia y en silencio. Julie y Sarah negaban con la cabeza, pensaban que estaban actuando como adolescentes.
Cuando entraron a la casa, Mary se acercó rápidamente a Lucy y la abrazó, ella le devolvió el gesto sin pensarlo.
Mary: Gracias por venir.
Le dijo sonriendo y Lucy le devolvió la sonrisa.
Lucy: Gracias por invitarme.
Mary: Eres una invitada muy especial si mi hijo incluso fue a buscarte.
Dijo ella mirando con picardía a su Ian, quien estaba completamente ruborizado y se acercó a ella.
Ian: Fui a disculparme con ella y Lucy me dijo que venía hacia acá.
Mary: Una excelente coincidencia.
Julie: Bueno, ¿Para mí no hay saludo?
Salvó Julie a su hija que estaba con sus mejillas de un rojo encendido, estiró los brazos hacia Mary y ella se acercó para unirse en un abrazo. Ian miró alrededor de la sala de estar y la mayoría de las personas que se encontraban allí estaban mirando a Lucy, él frunció el ceño y sintió cómo un sentimiento de molestia se abría paso dentro de su ser.
Ian: Lucy, Julie, ¿Quieren algo de beber?
Lucy: Sí, yo quiero algo fuerte por favor.
Julie, Mary, Sarah e Ian se quedaron mirándola de forma expectante y ella comenzó a reír nerviosa, intentando hacer parecer que era una broma.
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Prueba del destino - Lucian -
RomanceEl destino pone a prueba el amor, a veces los sentimientos no son tan fuertes como para superar todo. Historia de Ian Harding y Lucy Hale, solo ficción!