El destino pone a prueba el amor, a veces los sentimientos no son tan fuertes como para superar todo.
Historia de Ian Harding y Lucy Hale, solo ficción!
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Ian entra a su casa alrededor de las 9 de la mañana y se encuentra a su madre en el sofá, ella respira aliviada de verlo al fin y él se siente aún más irritado de lo que estaba durante el camino a casa.
Mary: ¿Me quieres decir por qué no contestas tu celular?
Ian frunce el ceño y luego comienza a buscar el aparato en los bolsillos de su vestimenta.
Ian: ¡Demonios, lo perdí!
Mary: ¿Dónde estabas? ¡Te he estado llamando desde que tu hermana llegó!
Dijo ella alterada. Sarah llegó a casa de Ian debido a que en su estado de ebriedad quería discutir con su hermano respecto a que raptó a Lucy.
Ian: Mamá, no soy un niño por si no te has dado cuenta, sé cuidarme solo.
Dice él dirigiéndose hacia la cocina e intentando dar por terminada la conversación pero su madre no está dispuesta a dejar pasar la situación.
Mary: Sé que no eres un niño pero a pesar de ser un adulto haces muchas idioteces y estoy aquí para detenerte, puedes hacer algo que arruine tu vida y no quiero presenciar el desastre que serás luego.
Ian termina de servir su taza de café y se voltea con el ceño fruncido y notoriamente enojado hacia su madre.
Ian: ¿Qué se supone que significa eso?
Mary se puso nerviosa pero se recuperó rápidamente al mismo tiempo que se regañaba mentalmente por estar diciendo tantas cosas que claramente confundían a su hijo.
Mary: Nada en específico, pero no quiero que arruines tu vida por tomar malas decisiones. Sé que han sido meses difíciles pero no por eso vas a desperdiciar lo que has construido.
Ian: Mamá, por si no te das cuenta, no estoy haciendo nada con mi vida. Me tienen cansado con todos los secretos que me esconden y con esta burbuja que han construido a mi alrededor. Ni siquiera me dejan ver televisión para que no me entere de lo que era mi vida... ¿Si no me dejan ver televisión es porque podría aparecer en ésta?... ¡Ya no sé qué pensar!
Dice él desesperado llevando sus manos a su cabeza y Mary se acerca para abrazarlo.
Mary: Lo siento mi vida, no tienes idea cuánto me gustaría decirte todo lo que ha pasado y lo que has olvidado.
Ian: Pero dime, por favor.
Dice él llorando sobre el hombro de su madre.
Mary: ¿Sabes?, iremos a ver al médico para saber si podemos ir dándote información de forma progresiva, de verdad que no soporto callar todo lo que deberías saber.
Ian: ¿Crees que aceptarán?
Mary: Nada perdemos con intentarlo. ¿Te parece bien el lunes después de tu cumpleaños?
