El destino pone a prueba el amor, a veces los sentimientos no son tan fuertes como para superar todo.
Historia de Ian Harding y Lucy Hale, solo ficción!
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De inmediato Preston rodeó con sus brazos a Lucy y Julie se puso a su lado.
Mary: ¿Qué ha pasado? ¿Por qué has gritado?
Lucy sollozó y suspiró profundamente para intentar controlar su llanto y comenzar a hablar.
Lucy: Quiero solicitar un cambio de médico. Este señor que ven aquí, está dando por muerto a Ian y me dijo que debía buscar un nuevo hombre para mí. ¡Lo quiero fuera!
Se descontroló y alzó la voz en la frase final. Su padre la abrazó con más fuerza y ella escondió su rostro en el pecho de Preston mientras volvía a sollozar. Todas las miradas se dirigieron hacia el médico que aún se encontraba en la habitación y él solo se encogió de hombros haciéndose el desentendido.
Maggie: Por favor, retírese de inmediato si no quiere que pongamos una denuncia en su contra.
Él abrió exageradamente sus ojos e iba a hablar pero se arrepintió y salió de la sala.
Julie: No le diste tiempo a que hablara.
Maggie: Mamá, no me importa lo que tenga para decir, sí, Lucy está un tanto sensible y descontrolada por lo que ha pasado pero eso es normal y sabes que ella jamás jugaría con algo como esto, yo le creo y quiero lo mejor para ella e Ian, así que no quiero volver a ver a ese sujeto aquí.
Dijo ella tajantemente y para sorpresa de todos, pero asintieron con la cabeza. Lucy levantó su rostro solo para agradecer a su hermana y ella le sonrió. Mary junto a Julie fueron a solicitar el cambio de médico al mismo tiempo que entró una enfermera a la habitación donde se encontraban acompañando a Ian.
Enfermera: Lamento interrumpir, pero es necesario que se retiren.
Lucy: ¿Por qué?
Enfermera: Nosotros no podemos hacer este tipo de excepciones y aún así la hicimos, pero deben entender que estamos en el área de cuidados intensivos de la clínica y aquí son demasiado rigurosos con la restricción de las visitas. Cuando salgan, le daré la información que necesita para venir a acompañar a su marido, pero por favor, deben salir, o los familiares de otros pacientes comenzarán a exigir el mismo trato.
Todos asintieron con la cabeza, incluida Lucy, quien se acercó a Ian, tomó su mano y se inclinó para susurrar a su oído.
Lucy: Te amo, no lo olvides. Ahora debo irme, no es que quiera hacerlo, pero es necesario por el reglamento de la clínica. Por favor, regresa conmigo pronto, te estaré esperando siempre, lo sabes, sigue luchando por mantenerte con nosotros. Sé que volverás. Te amo, mi Shmian.
Al finalizar sus palabras, una lágrima recorrió su mejilla y cayó sobre la de Ian, ella acarició aquel lugar y luego le dio un breve beso. Se levantó y devolvió la sonrisa a la enfermera que la miraba con ternura, la acompañó a afuera, donde los demás la esperaban, y le dio todas las indicaciones que correspondían.
