El destino pone a prueba el amor, a veces los sentimientos no son tan fuertes como para superar todo.
Historia de Ian Harding y Lucy Hale, solo ficción!
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Lucy abrió sus ojos y vio la expresión vulnerable en el rostro de Ian. Sabía que al estar separados ambos sufrirían, en cambio, si estaban juntos y luchaban por superar todos los problemas que había acarreado el accidente, estaba segura de que podrían ser felices nuevamente. Ella suspiró profundamente y acarició el rostro de su marido.
Lucy: Hazme olvidar todo, hazme volver a confiar en nosotros, por favor.
Ian asintió con la cabeza antes de abrir los ojos para ver la expresión esperanzada en el rostro de Lucy y ambos sonrieron antes de que él terminara con la distancia entre ellos y comenzara a besarla de manera lenta y profunda por algunos minutos. Ambos movieron sus manos para reconocer el cuerpo del otro antes de unir cada parte de sus seres, el beso comenzó a subir de tono y las caricias también. Ian tomó las piernas de ella para que las enredara alrededor de su cintura y comenzó a caminar dirigiéndose hacia su dormitorio, ambos estaban deseosos de por fin reencontrarse de aquella forma tan carnal y espiritual al mismo tiempo, pero a mitad de camino escucharon el timbre de la casa. Ambos maldijeron al unísono.
Lucy: Vamos al dormitorio, no importa quien sea, no te detengas.
Dijo ella sin dejar de besarlo y acariciar su cuello y espalda.
Ian: Sabes que no me quiero detener, pero puede ser importante.
Él dijo entre besos y sin dejar de apretujar a Lucy contra su cuerpo.
Lucy: No hay nada más importante en este momento.
Ian retomó su caminar pero tuvo que detenerse en la puerta del dormitorio cuando oyeron la voz de Julie gritando para que su hija abriera la puerta. Ambos se quedaron congelados antes de gruñir con dolor.
Lucy: ¡Maldición!... Se suponía que llegaban mañana.
Dijo ella antes de retirar sus piernas de la cintura de Ian y quedar de pie sobre el suelo.
Ian: Te juro que aprecio mucho a tu madre, pero ahora no puedo ver a nadie, necesito una ducha muy fría porque ya comenzó a dolerme todo.
Lucy bajó su mirada para ver que era notoria la excitación de Ian en su pantalón, no pudo evitar que se le escapara un risita e Ian levantó una ceja.
Ian: ¿Crees que es divertido?, deberías mirar tus senos.
Dijo él apuntando el lugar mencionado y Lucy se tapó la cara.
Lucy: Iré por ropa interior, aunque no cesará el dolor. Tú entra a la ducha.
Sacó el celular del bolsillo trasero de su pantalón para contestar a la llamada de su madre y le dijo que ya abriría.
5 minutos después, Lucy abrió la puerta de su casa y su madre la abrazó fuertemente sin darle mucho tiempo a reaccionar, pero le devolvió el abrazo, obviamente la había extrañado mucho.
