31

1.8K 179 12
                                    

La asesora de su esposo, Allyson Herrera frunció el ceño cuando paso a su lado, evidentemente poco le importó a la ojiverde, igual su objetivo al visitar las oficinas Presidenciales en Palacio Nacional eran otras, camino hasta el área que Leonel había designado como Ministerio de Seguridad y Protección Ciudadana, conocía perfectamente la oficina a la que se dirigía, la mujer mayor que fungía como asistente de Camila, comía lo que parecía ser fruta de un recipiente mientras miraba algo entretenida en su pantalla.

Lauren se apresuró a preguntar por la castaña, causando gran impresión en la mujer que casi se atraganta con la comida. -"La Doctora Castelli salió anoche de emergencia a Monterrey, no se presentará en la oficina hasta nuevo aviso" Comunico la mujer después de recomponerse ante la impresión de ver de nueva cuenta a la intimidante Primera Dama del país.

-"¿Paso algo?" Cuestionó la mujer de inmediato con demanda en su voz, la asistente trago grueso ante los ojos felinos que la esperaban ansiosos por una respuesta.

-"Al parecer paso algo con su madre, pero no dió muchos detalles, simplemente cancelo toda su agenda..." Murmuró la mujer con nerviosismo, la Primera Dama la veía como si quisiera saber algo más. -"Solo pidió que nos comunicaramos con ella si era algo urgente" Agrego la mujer ajustando sus gafas, un largo suspiro de Lauren y un simple gracias fueron su despedida.

La mujer de piel pálida camino a prisa a la oficina de su marido, ignorando los saludos de gente de seguridad y más gente del gabinete de Leonel que topaba. No fue necesario que nadie anunciará su llegada simplemente paso de largo a la oficina presidencial dónde el rubio estaba en una llamada, que rápidamente colgó cuando vio a una Lauren claramente molesta, era difícil tratar con la mujer, y más cuando estaba enojada, así que con frustración acepto su destino inmediato.

-"¿Porque no me dijiste que Camila viajo a Monterrey?" Exigió apenas el rubio le prestó su total atención, un poco de fastidio irradiaba en la cara del Presidente, aunque le hacía un poco de gracia lo demandante que podía ser Lauren cuando se trataba de la castaña, y poco a poco se comenzaba a dar cuenta.

-"Pensé que lo sabías, son mejores amigas ¿Lo recuerdas?" Respondió el rubio restando importancia al asunto y mirando algunos asuntos en su tableta. Lauren apretó la mandíbula con enojo.

-"No juegues conmigo Leonel" Advirtió la mujer señalandolo con su dedo índice, el rubio levanto las manos a modo de rendición.

-"Está bien, discúlpame, no sabía que tenía que darte santo y seña de cada cosa que hiciera Camila" Siguió tentando la paciencia de la ojiverde, que bufo con molestia. -"La tía Alina está un poco delicada de salud, desde que el tío Servando falleció no ha sido la misma, así que Camila se ausentará por algunos días" Termino explicando al ver el enojo de Lauren en aumento. La Primera Dama asíntio ante lo dicho, imaginar a Camila sola en una situación asi le dolía, probable estaría ya acompañada de Fernanda, pero ella tenía que asegurarse que están bien.

-"Voy a viajar a Monterrey. Da la orden para que preparen el avión" Le ordenó la ojiverde, haciendo que Leonel moviera la cabeza negativamente, igual no le quedó otra que obedecer viendo a Lauren salir de allí sin siquiera despedirse.

***

Monterrey, N.L. México.

Camila veía con tristeza a su madre, quien permanecía dormida después de que aplicarán su respectivo medicamento. Su cuidadora personal revisaba sus signos vitales, y después con una sonrisa salió de la habitación dejando sola a la única hija de la señora Alina.

Unos meses después de la muerte de su marido había sufrido un derrame cerebral que la dejo inmovilizada de su lado izquierdo, por lo tanto necesitaba una enfermera que se hiciera cargo en el día de ella, y otra en la noche. Camila ahora se sentía culpable de dejarla tanto tiempo sola, pero una parte de ella no terminaba de perdonar a la mujer que ahora parecía tan inocente y frágil. La ojimarron beso su mano con dulzura, ayer había tenido una crisis dónde se puso muy agresiva con sus cuidadores, a veces tenía lapsos dónde no recordaba nada y se sentía como una niña pequeña que hacía berrinche y lloraba por Camila, a la única que aún reconocía y con quién se sentía protegida. La ojimarron no dudo en viajar a su ciudad natal para estar cerca de la mujer que le dió la vida.

Imperio Y PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora