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La música se oía un poco en esa área donde Camila la había conducido, estaban fuera de la vista de los presentes, por el brillo pícaro en la mirada de la ojimarron podía notar que ya llevaba varios tragos encima, aún así Lauren sonreía viéndola tan feliz. A fin de cuentas era su cumpleaños. Ximena y Leonel le habían organizado una fiesta sopresa en el jardín de la casa de los Castelli. Y Lauren había sido invitada gracias a Leonel, de hecho la ojiverde había sido la encargada de distraer a la castaña todo el día hasta llevarla a la hora acordada a su casa. Evidentemente la la idea de que Lauren participará había sido de el rubio, porque Xime no la podía ver ni en pintura.

-"¿Que hacemos aquí?" Cuestiono Lauren cuando Camila se detuvo en una de las partes con menos iluminación del lugar.

-"Quería pasar un momento a solas contigo" Respondió atrayendola hacia ella por la cintura, y enterrando su cara en el cuello de la mujer pálida, quien se puso nerviosa por el lugar donde estaban.

-"Camz, alguien podría vernos" Murmuró Lauren, pero aún así abrazo a la castaña por el cuello, sintiendose embriagada por la cercanía de su pareja.

-"Está bien" Dijo Camila saliendo de su escondite, pero sin soltarla. Solo alejándola lo suficiente para verla a la cara. -"En realidad quería darte un obsequio" Comento la castaña metiendo una de sus manos a una de las bolsas internas de su chaqueta.

-"¿Un regalo? Camila es tu cumpleaños, se supone que yo soy la que debe darte obsequios" Hablo Lauren divertida, y Camila beso su mejilla.

-"Pero si ya me diste mi regalo en la mañana" Pronunció con sensualidad sobre el oído de la ojiverde, quien se estremeció ante la cercanía, su voz y los recuerdos de más temprano ese día. En la cual habían hecho el amor en su dormitorio. Lo cierto es que desde su primera vez hace ya poco más de un mes, lo había hecho regularmente, incapaces de saciar el deseo por la otra.

-"Bueno ese no era todo tu regalo, la otra parte la dejé en tu auto" Informo la ojiverde con diversión, Camila suspiró y sonrió besando sus labios.

-"Bien, si quieres en un momento vamos por el. Primero quiero darte esto" Dijo Camila entregando una pequeña cajita alargada de terciopelo color guindo, Lauren la miro con sorpresa.

-"¿Que es?" Preguntó la ojiverde mirando la caja sin abrir, Camila se encogió de hombros y sonrió.

-"Abrela" Ánimo soltando un momento a Lauren, dándole espacio para abrir el regalo. Lo cual hizo la ojiverde.

Revelando una medalla de plata con un pequeño dije de pingüino, era muy hermoso que su corazón comenzó a latir sin reparo.

-"Camz... No, no tenías que hacerlo" Murmuró aún mirando embelesada aquella sencilla pieza, pero aún así hermosa.

-"Lo se, pero quería algo que nos perdurará para la eternidad ,y por alli leí que los pingüinos son monogamos, cuando eligen una pareja, lo hacen para toda la vida... así como tú y yo nos amaremos para siempre" Susurró Camila lo último sobre sus labios, tomándola por las mejillas. Y dejando un pequeño beso. Lauren se sentía extrañamente conmovida y sentimental. Sentía las lágrimas picar en sus ojos.

Camila se alejo y enseño en su cuello un collar exactamente igual al de Lauren. -"Yo también tengo una igual, la única diferencia es la inicial que tiene al reverso" Declaró mostrando la letra L que tenía el suyo, la ojiverde inmediatamente busco en el objeto en sus manos y descubrió una C. -"Se que es cursi y probablemente tonto pero..."

-"Me encanta" Interrumpió la ojiverde emocionada, ofreciéndole a Camila el collar para que se lo colocará en su cuello, poniéndose de espaldas a la castaña, que de inmediato hizo caso.

Imperio Y PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora