Monterrey, N.L. México.
Diez años no pasan en vano, Lauren podía corroborarlo ahora mientras veía dormir pacíficamente a la mujer mayor. Lucia tan frágil y pequeña dentro de esa gigante cama, que la ojiverde pensaba que ya era en vano guardar cualquier tipo de sentimiento negativo hacia ella. Camila tomaba la mano de la mujer con mucha devoción, después de todo era su madre y la amaba, al final Alina hacia lo que ella creía era lo mejor para la ojimarron. Podía estar mal o bien, pero no podía juzgarla, no cuando la ojiverde también ya tenía varias cargas a su espalda.
Soltó un fuerte suspiro y se acercó a la espalda de Camila, quien se encontraba sentada al costado de la cama, acaricio su hombro mostrando su apoyo y sobre todo su cariño.-"Gracias por estar aquí, no es fácil para mí" Comento Camila en voz baja, tratando de no perturbar el sueño de su madre, quién había tenido un episodio agresivo esa misma mañana con una de las jóvenes de servicio, ahora estaba durmiendo mientras la ojimarron velaba su sueño.
Lauren se abrazo a ella desde atrás, besando su mejilla. -"Siempre voy a estar para ti" Murmuró sobre la mejilla de la ojimarron que sonrió mientras acariciaba el brazo de Lauren que estaba sobre su cuello. -"Vamos a encontrar una forma para que puedas estar cerca de ella sin descuidar tu trabajo" Dijo determinada a encontrar una solución, sabía lo importante que era su trabajo para la ojimarron, pero también que su prioridad ahora era su madre y su salud.
Camila apretó su brazo con agradecimiento. -"Aprecio tanto que estes aquí" Susurró no queriendo romper el momento tan entrañable que estaban viviendo.
-"Voy a estar, siempre que tú lo quieras" Prometió Lauren atreviéndose a darle un beso en la comisura de sus labios, era difícil contenerse ahora que cada día estaban más claros los sentimientos entre ellas.
Camila sonrió complacida sabiendo que era imposible querer tenerla lejos.
***
Camila yacía en su habitación, leía un libro ya recostada en su cama, solo la luz de la mesita de noche le hacía compañía, quería despejarse un poco mientras leía "Memorias de una Geisha" su libro favorito en su adolescencia, y del cual aún conservaba una copia en su antiguo librero. Realmente no podía concentrarse mucho, no cuando aún no definía su situación con su madre, incluso se había planteado la posibilidad de renunciar y mudarse a Monterrey de nuevo, no era tonta, y era más que consiente de sus privilegios, gracias a su padre podría vivir una vida de lujos sin tener que mover un dedo, y aunque no era plenamente lo que deseaba, tenía que pensar en su madre y en el bienestar de la misma. Y por otro lado también estaba Lauren, no era fácil lidear con sus sentimientos teniendola tan cerca, ella seguía siendo la esposa de su mejor amigo, que si bien solo los unia un papel, no dejaban de ser esposos ante la sociedad mexicana. Quizá poner kilómetros de distancia ayudaría a aclarar que es lo que querían ambas.
Pero al parecer el destino no estaba de su parte, cuando unos leves toques se escucharon en su puerta, seguido de la voz de la ojiverde llamándola, Camila tuvo que obligarse a no estar nerviosa, ya que no tenía que estarlo, camino con aparente seguridad hasta la puerta, abriéndola, revelando a una hermosa ojiverde con una sexy bata de seda color negro esperándola con una sonrisa.
Camila se aclaró la garganta antes de hablar, tratando de que su vista no se desviará a la perfectas piernas de la mujer de piel pálida. Lauren por supuesto sonreía complacida con la reacción de la castaña. -"No puedes dormir, yo tampoco, tal vez podamos ir a la cocina por un te, siempre me ayuda" Propuso Camila con nerviosismo mientras Lauren tenía una sonrisa divertida en su rostro, no se movió de lugar a pesar de la sugerencia de la ojimarron.
-"No puedo dormir, y tampoco quiero... Solo quiero estar contigo" Murmuró Lauren con seguridad mientras se acercaba a Camila abrazándola por el cuello, besando su mandíbula repetidamente, aspirando su olor adictivo.
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Imperio Y Poder
Fanfiction"Tienes dos opciones, y ninguna incluye a mi hija" "Serás la Primera Dama y la persona que realmente tiene las riendas del país junto conmigo" Dos frases con gran intervalo de tiempo de una y otra, pero que sin duda cambiaron su vida y destino.